El uno de enero por la mañana después de los cuatro días de asamblea teníamos programado una excursión a lo que pretende ser, y con un poco de suerte lo será en el futuro, un parque de atracciones. Actualmente las atracciones se reducen a las acuáticas y poco más, así es que casi todo el día estuve bajo el agua y tirándome por un tobogán. Soy y seré una persona de agua que sueña con vivir un día en una de nuestras casas que esté al lado del mar, lo más próximo al agua, o ya puestos en plena arena… El día fue estupendo, no hacía fresco ni tampoco mucho calor y disfruté un montón, pero como en estas ocasiones sigo sin ser consciente de mi edad y mis limitaciones, supongo que por tanta agua y hacer el cerdote, me he pillado una buena, es decir, la garganta está perfecta pero los pulmones y el pecho no paran de expectorar y por las noches el concierto de sonidos agudos me recuerdan cuán limitado soy, hasta el punto que he dejado de fumar. Eso sí, no veo el día en que me recupere y volver a matarme lentamente.
Es la primera vez desde que llegué a La India que ando acatarrado. Poca cosa para casi dos años con todo lo que se camina descalzo aquí. Y no es catarro, es un poco de infección pulmonar por mi amor al agua. Y por primera vez cierro las ventanas por la noche porque hace fresco y me cubro con una sabanita, eh!, qué os parece? Aquí también tenemos invierno.
Ayer mientras dormía y supongo que debido a esta tos perruna soñé que el atlético ganaba uno a tres al Hércules, y creerme cuando os digo que pensé que era totalmente cierto. Me levanté un par de veces en la noche con la convicción del resultado y cuando poco antes de las seis miré en internet el resultado (el verdadero, no el onírico) mi decepción fue tan mayúscula que deseé la desaparición de muchos de los jugadores y que juguemos con la mayoría de canteranos que se pueda, y sólo dos o tres jugadores foráneos que merezcan la pena… Algo parecido me gustaría que pasara en La India más pronto que tarde. Puestos a equivocarnos, que sean ellos mismos quienes caigan y aprendan de sus errores y virtudes. Los demás, los que no tenemos una tez tan oscura, a dar lo mejor de nosotros mismos desde posiciones menos relevantes pero ofreciendo nuestro apoyo y consejo. En fin, quizás también sea otro sueño que pienso pueda ser cierto.
La asamblea transcurrió bien, bastante bien diría yo para el tiempo que tuvimos de prepararla. Es más, creo que ha sido hasta fructífera. El tema ha sido “la formación”, qué sino? Lo mejor es que pudimos traer a un tipo muy puesto en estas lides de la formación de jóvenes religiosos y nos regaló una conferencia con reflexiones acertadísimas, al menos para mí. También hubo exposición del estado general de las casas, de la economía, del viaje de nuestro provincial en busca de pecunia, y un poco de cómo queremos afrontar el futuro. Nada mal. El ambiente fue decente y aunque tuvimos algunos momentos fuertes, supimos decirnos cosas graves de una manera bastante educada para lo que hemos solido hacer en otras ocasiones. Porque aquí, o no se dice nada o se vomita sin pudor alguno. Vamos mejorando.
Y yo después de mis semanas de oscuridad y desaliento, de búsqueda de un poco de luz, no es que me encuentre al final del túnel pero siento que he encendido unas cuantas luces que me están ayudando a caminar. Tiene que ver con mi percepción de las cosas, con la recuperación lenta de las ilusiones perdidas, con dónde pongo mi felicidad. Tiene que ver con la idea de seguir caminando mientras confío que en su tiempo alcanzaré a llevar una vida en la que por fin disfrute y sea realmente feliz con lo que haga.
Mañana miércoles por la mañana celebraré la Eucaristía de rito indio. Es una pasada. Algún día espero celebrarlo con vosotros, o quizá mientras ando mi amado Camino de Santiago. Después de la Eucaristía es posible que Kus, nuestro provincial, se acerque por Eluru para hablar con algunos de la comunidad… Los motivos los desconozco pero ahora me dan igual.
El once me está trayendo estas cosas y algunas más. Y me gusta.
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