lunes, 16 de abril de 2012

LA NATURALEZA DE LAS COSAS

Considero a Andhra Pradesh como uno de los estados intermedios de la India, es decir, no tiene un grado de desarrollo como el de Kerala, Panjab, Himáchal Pradesh, Tamil Nadu en su parte sur, ni tampoco lo sitúo a la altura de estados mucho menos desarrollados como Bihar, Orissa, Chhatisgarh, Jharkhand, Madhya y Uttar Pradesh. Entre la zona moderna de Bangalore, la llamada “ciudad de la informática”, y un pueblo sin carretera de Bihar, cualquier parecido es coincidencia. Y, aunque es cierto que no he visitado todos estos estados para levantar semejante afirmación cuando llevas un tiempo viviendo por aquí y ves las noticias, lees el periódico y algún libro, y vas preguntando a la gente, creo que no ando lejos de la realidad. Por eso mismo me parece que Andhra Pradesh refleja con cierta veracidad una India que se mueve sin problema alguno entre lo milenario y tradicional, y el modernismo y la informática. O lo que es lo mismo, entre el campesino que ara como hace mil años mientras al lado emerge una inmensa central nuclear, o el que va en bicicleta de noche y sin luces por una carretera oscura y de tráfico voraz, y a la vez va hablando por uno de los más de setecientos millones de móviles que hay en La India.

 Después de más de tres años de lento trabajo, por fin se ha abierto el primer gran centro comercial de Eluru, al cual de momento apenas va gente. A mí no me atrae en absoluto aunque puede que sea allí en el único sitio donde encuentre zapatillas de deporte de mi número. Me las harán pagar bien. En Eluru puedes encontrar muchas cosas que en un primer vistazo por la calles uno no cree que pudiera haber. Claro que si falta algo es variedad de un mismo producto, no tanto en cosas de informática, electrodomésticos o móviles, como en ropa o alimentos donde apenas encuentras más de una marca. Con lo que me fascina el sabor del chocolate no se puede ir más allá de Cadbury, o sólo en la ciudad de Vijayawada a setenta kilómetros y en un solo sitio y sólo una sola vez de las que he ido he encontrado Nutella. Demasiados solo para un sitio donde abunda lo dulce y el azúcar se mete en vena a diario. Qué se le va a hacer!!!

Si al salir de mi casa en vez de torcer a la izquierda con dirección a Eluru,  giro a la derecha, el primer pueblo medianamente grande (mucho menos que Eluru y bastante más que un poblado) que me topo es Vijarai. Allí he encargado a un carpintero amigo de Stanis una mesa que será el nuevo altar de Katlampudi, mi querido poblado. Stanis es uno de los escolásticos de la casa pero no pertenece a la Congregación. Los suyos andan por Filipinas y tratan de ir abriendo poco a poco camino por estos lares por lo que nos pidió vivir en nuestra casa. Es un tipo con cierto recorrido y con bastante más experiencia que nuestros escolásticos. Además creo que se expresa sin tapujos pero educado. Stanis es el que desde que se fue Anan allá por Noviembre viene conmigo a Katlampudi y aunque no le cae muy bien al catequista porque le pone en su sitio yo le estoy muy agradecido. Además, a mí tampoco me cae bien el catequista pues es una de las grandes razones por las que avanzo muy lentamente con la gente de Katlampudi en lo que yo considero la actualización y vivencia de la fe.

Stanis vivió durante unos cuantos meses en Vijarai mientras trabajaba hasta que encontró su congregación. Por eso conoce muy bien el pueblo y a muchas personas. Yendo a visitar a su amigo carpintero vamos callejeando y me va contando cosas muy interesantes sobre la gente que nos cruzamos, en especial, cuatro mujeres bien jóvenes que viven al final de una calle y que sus cuatro pequeñas casas se hallan juntas pues son separadas o viudas. La vida es aún menos fácil para una mujer viuda o separada aunque su situación se entienda y en general la gente sepa que eran maltratadas o que su marido haya muerto. Si además tienen varios hijos y con algún tipo de enfermedad la situación se agrava a límites inaguantables. Reciben ayuda del gobierno pero es mínima (escolarización gratis y poco más), y si ella no puede trabajar o sufre alguna enfermedad, o cuando los dos meses de verano los hijos están en casa, todo se vuelve gris… a las que estén más necesitadas vamos a ayudarlas un poco en los meses de verano.

Los indios suelen ver con horror el tema de los cuartos de baños en cuanto al retrete se refiere. Es aceptado muy a regañadientes y o bien se tiene un retrete en un cubículo fuera de la casa (tipo peli del oeste, “Unforgiven”) o normalmente las necesidades se hacen en los márgenes de las carreteras o en descampados. Las mujeres se ocultan más pero los niños y hombres deponen su actitud sin problema alguno en los laterales de las carreteras o en la entrada a los pueblos. En las ciudades se hace más difícil encontrar un descampado pero los retretes de las casas apenas se limpian al ser considerados impuros. Recuerdo visitar a una mujer en Eluru, médico, con una casa bonita y un baño absolutamente asqueroso y sin haber sido limpiado desde tiempos inmemoriales.

Otra cosa tremenda es lo de la conducción en este país, sobre todo en carreteras secundarias donde acontece a la vez y de noche el tipo que va andando, el que va en bici sin una luz, el coche con luces especiales, largas que te impiden ver y te ciegan o el camión a toda leche y con luces largas que te obligan a pararte o a jugártela. Reconozco que es lo que peor llevo, la locura de las luces largas, y aunque es cierto que hay que tener mucho cuidado con la gente que va andando y en bici no lo puedo justificar. En la India hay cantidad de accidentes de tráfico. Yo he visto montones y no viajo mucho pero cantidad de gente obtiene el permiso sin ningún tipo de clases o experiencia, y en general es un sálvese quien pueda y el que llega el primero es el que pasa. Bueno, tengo que decir que yo me desenvuelvo bastante bien entre tanto caos y confían mucho en mí. Claro que tendríais que ver cómo conduce alguno con los que vivo!!

Y termino contándoos algo sobre el tema de la muerte y en especial del hecho de la cremación. Hace ya unas semanas recibí un email que mi querida Emilia, cocinera en nuestra casa de Alba de Tormes me mandaba y en el que se veía a gente tomando un baño en ríos putrefactos y a menos de cincuenta metros un medio-cuerpo que no había sido cremado en su totalidad. El email era duro y muy crítico, y aunque es cierto lo que se ve creo que necesita una explicación.

La muerte, tras el nacimiento y la boda es el otro gran acontecimiento familiar. Empecemos diciendo que la muerte en la India no está envuelta en el aura de tragedia que la cubre en Occidente. La muerte se ve de forma natural, precisamente como la otra cara del nacimiento, aunque naturalmente esto no quiere decir que no se llore y se sufra tras la muerte de un ser querido.

 La cremación es utilizada en la India desde la más remota antigüedad por los hindúes y jaimistas. Los musulmanes y los cristianos entierran a sus muertos, mientras que los parsis, una minoría de religión zoroástrica, exponen los cadáveres para que los devoren los buitres.

En un clima tropical, cuando muere alguien conviene cremarle lo antes posible. Lo único que puede demorarlo es la llegada del hijo mayor si se encontrara fuera. El muerto, envuelto en una tela ligera, es transportado en angarillas hasta el lugar de cremación, acompañado por los varones de la familia y sus amigos que repiten “Ram nam satya he”  (“el nombre de Dios es la verdad”). Las mujeres, más dadas a llorar (incluso está mal visto si no lo hacen en un primer momento), se quedan generalmente en casa.

En el crematorio, los Doms, miembros de una casta muy baja por su contacto con los cadáveres, se encargan de la cremación. Preparan una pira de medio metro de altura sobre la que se extiende el cadáver. A continuación, el hijo mayor del fallecido o alguna otra persona cercana realiza los últimos rituales. Le asiste un sacerdote, considerado de bajo estatus por realizar este tipo de trabajos. El hijo circunvala tres veces al difunto, le rompe simbólicamente el cráneo para que pueda salir el alma, y finalmente alumbra la pira. Se sientan entonces todos a contemplar la cremación, que tarda varias horas, en silencio. No hay gritos, no hay llantos; todo sucede en medio de una gran dignidad. Acabada la cremación los acompañantes toman un baño, un ritual de purificación.

 Durante diez días, la familia del difunto se considera impura. Permanecen en casa sin afeitarse y comiendo una comida muy simple. El undécimo día ofrecen un banquete a un gran número de invitados; todo esto puede resultar muy oneroso. Durante un año no se celebrará ningún festival ni boda en la familia.

 La muerte de los familiares se conmemora cada año por medio de una ceremonia (shraddh). En estas ocasiones, a veces se llevan las cenizas al río Ganges o a algún otro. También hay una quincena en octubre-noviembre (pitri paksha) especialmente indicada para hacer ceremonias en honor de los antepasados.

Y dicho esto, lo que ocurre en ocasiones es que los cuerpos son directamente cremados en el río pues todos los ríos son considerados sagrados y especialmente el Ganges, y a veces el cuerpo no se llega a consumir del todo. Si a esto le añades las aguas sucias o putrefactas y la gente purificándose tomando un bañito en estos caldos el cuadro resultante puede llegar a ser demoledor y repugnante, aunque una vez que se vive aquí se entiende sin que le quite su crítica.

Todo esto es mucho más frecuente en el norte debido a la mayor cantidad de ríos y de población que existe y que provocan mayor dejadez y relajación de los ritos pues el cuerpo debería ser cremado en su totalidad. Aquí en Eluru, los benedictinos decidieron vender su propiedad y comprar otro terreno debido en gran parte al olor proveniente de los cuerpos cremados en el río y toda su parafernalia. En el sur se da mucho menos el hecho de la cremación en los ríos.

Y como cosa curiosa y tremenda a la vez os cuento que hace poco asistí al entierro del padre de un alumno nuestro y del que no se sabía bien si le había dado un ataque al corazón por la bebida o él mismo buscó su suicidio empastillándose. El hecho es que la familia y todo el poblado son católicos por lo que se entierra a los muertos. Pero su bagaje es muy débil y todo es una mezcla impresionante de superstición con ritos hindúes y católicos además de sus propias costumbres. Todo empieza en la casa del muerto donde se halla todo el mundo, especialmente mujeres que rodean el ataúd. También pululan familiares y amigos entre los cuales hay bastantes ebrios. El féretro era muy simple, abierto, sin tapadera. Durante las oraciones se van sucediendo los llantos y algunos gritos, y el féretro se va llenando de flores hasta rebosar. Al término, se le conduce andando hasta el cementerio que se hallaba a más de tres kilómetros. Eran las cuatro de la tarde en un día de calor bestial. Mientras andábamos una pequeña banda de música encabeza la procesión a ritmo de una música endiablada y la gente habla y grita. Otros tres o cuatro van lanzando flores al muerto. Entonces se paran todos y esperan a que los sacerdotes se marchen hacia delante… la razón es que aunque saben que el párroco no está de acuerdo ellos quieren bailar al muerto por lo que una vez que estamos lejos sacan el cuerpo del ataúd y lo danzan!! en un festival de colores y ruido atroz amén de los que están absolutamente bebidos que intentan ser controlados por toda la comitiva. Alucinante!! Si algo realmente no me gustó fue que ni siquiera la mujer del muerto va al cementerio. Le despidió en casa. Buuff!

La India y la naturaleza de sus cosas.

lunes, 26 de marzo de 2012

Costumbres. Relaciones sociales

 Las relaciones sociales están regidas en la India, como era de esperar, por reglas distintas de las que estamos acostumbrados en Occidente. Por un lado, ay muchas normas de cortesía y formalidad, por el oro, hay ambién una gran informalidad.
 El visitante extranjero debe, en la medida de  lo posible, intentar seguir las normas de trato; pero aunque lo haga mal, aunque “meta la pata”, tampoco tiene excesiva importancia. Los indios comprenden fácilmente que los extranjeros se rigen por otras costumbres, pero un intento de adaptación a las costumbres indias será seguramente muy apreciado.
 En la India hay miles de normas y miles de excepciones; miles de reglas y otras tantas de saltárselas. La cultura india dice formalmente que hay que hacer, cómo es la conducta ideal, pero luego se encuentran formas de justificar cadi todas las infracciones. Por otra parte, hay uns gran libertad de conducta, locual no quiere decir que todos los comportamientos sean similarmente vistos. Cada comunidad tiene formas de conducta distintas, pero estas mismas conductas determinarán en gran medida suposición en la jerarquía y la estimación social.
 Por esto mismo, un error común entre los viajeros extranjeros, que ven a los indios comportarse de muchas maneras muy distintas, es pensar que todo vale en este país. Pero lo que una persona hace, otra de distinta extracción o cultura no lo hará nunca. Un bahmán tradicional se comportará de cierta maneray llevará unas ropas determinadas, muy distintas de las normas y ropas de un obero; si un turista les imita puede caer en el ridículo, pues no es consciente de las asociaciones de cada una de estas formas de conducta y de vestir. Uno puede hacer lo que quiera, sin encontrar apenas oposición: en este sentido, la India es uno de los países más libres que existen (Kipling decía que en la India la gent puede hacer cualquier cosa sin que le pregunten por qué). Pero la sociedad juzgará a cada uno según esta conducta. Cuanto más disciplinado sea el comportamiento de una persona, más alta será la consideración en que se le tenga, cuanta más laxa sea su conducta, menor será ésa y más bajo el lugar en la jerarquía social, aunque nadie le afee nunca su forma de comportarse.

miércoles, 7 de marzo de 2012

COSTUMBRES. Los más limpios, los más sucios


 En su higiene personal, los indios son uno de los pueblos más limpios del mundo. Quien haya visto las calles de las ciudades indias, repletas de basura, quien haya visto cómo los indios tiran todo al suelo, se extrañarán seguramente ante esta información. Pero en la mente de los indios, una cosa es la limpieza personal y de lo hogares, y otra muy distinta la de los espacios públicos. También debemos ser conscientes de que la higiene en Occidente es un producto reciente fruto de las investigaciones médicas, mientras que en la India (y aunque también entren obviamente en consideración materias de salud) la higiene está fundada en consideraciones rituales, y asociada a la noción de pureza. Este enfoque ritual es muy difícil de comprender para la mentalidad moderna, pero, aunque hoy muchos indios pretendan explicarlo mediantes razones exclusivamentes científicas, ha constituido la base de multitud de costumbres que han modelado la civilización india.
 Cuando el indio se levanta por la mañana, normalmente de buena hora, lo primero que hace es defecar. En los pueblos y en los barrios de chabolas, donde no hay nada parecido a un cuarto de baño (sólo el 23% de las casas rurales y el 70% de las urbanas lo tienen), los hombres y mujeres se dirigen al campo con un cacharro lleno de agua. Tras efectuar sus necesidades, se limpian cuidadosamente con el agua, usando la mano izquierda, que es la reservada para estas actividades,, ya que la derecha se usa para comer. (Entre paréntesis, digamos que la costumbe de usar papel higiénico es vista en la India con horror, pues deja sucias las partes afectadas). Quien haya viajado en tren por la India habrá tenido ocasión de contemplar la “enternecedora” imagen de un grupo de hombres haciendo sus necesidades en cuclillas sin ocultarse (las mujeres sí se ocultan, y se levantan antes  para poder realizar estas tareas sin espectadores).
 Después, nuestro hombre o mujer procederá a limpiarse los dientes. Esto se hace recientemente con un cepillo y dentrífico, pero en los pueblos (y hasta hace poco en todas partes) se usa una ramita de un árbol especial, que se deshilacha con los dientes y con la que se frotan éstos concienzudamente. También se usa ceniza de madera o de estiécol de vaca que se frota con los dedos. Luego nuestro indio se limpiará la lengua con un utensilio diseñado para esta labor. Una vez realizado esto, procederá a bañarse. El baño (snan) es el rito purificador por excelencia. A menudo recitará textos sagrados o invocará algún nombre de Dios durante el baño.
 Los factores que producen impureza son las excreciones y restos corporales (como la defecación, cortarse el pelo), la menstruación (durante cinco o siete días el cuerpo de la mujer se considera impuro, y ésta no tendrá relaciones sexuales, no hará pujas ni acudirá al templo etc.), el nacimiento, la muerte, el contacto con substancias putrefactas o el cuero (pues es la piel de un animal muerto), el sueño (pues es como una muerte pequeña), los eclipses (pues tienen una influencia maléfica), etc. Tras alguna de estas actividades o acontecimientos, antes de ir a un templo, a menudo antes de comer, se toma un baño. Tras el baño, uno se encuentra en estado de pureza ritual.
 El brahmán tradicional, cuya vida gira en torno a consideraciones rituales, se bañará al menos tres veces al día, antes de realizar el ritual de sandhyá al amanecer, al mediodía y al atardecer, las “junturas” del día. Se considera que el baño, además de limpiar físicamente, purifica también mentalmente. Cuanto más baja sea la casta de una persona, menos le afectarán estas consideraciones. Esta costumbre de bañarse con frecuencia hace que, incluso en trenes o autobuses abarrotados, no se perciba casi nunca olor corporal (seguramente también influya en esto la dieta predominantemente vegetariana). Sin embargo, los indios escupen, eructan y emiten ventosidades sin apenas trabas.
 El baño por excelencia es el baño en un río. Todos los ríos, femeninos en la India, y por antonomasia el Ganges (Gangá), son el símbolo de la Diosa Madre, de las aguas primordiales en las que uno recupera la pureza original. Tras el baño, el hindú procederá a realizar la puja u oración matutina.
 La casa se barre y limpia también a menudo. En las aldeas, se suele embadurnar el suelo con una mezcla de barro y estiércol seco de vaca, una substancia antiséptica y considerada purificadora.
 Sin embargo, tendremos ocasión de ver escenas que repugnarán a nuestro sentido de la higiene. En los pueblos, la gente se baña en el estanque común, que nadie parece preocuparse por limpiar, al lado de los búfalos y otros animales. Todos los desperdicios se arrojan al suelo sin mayores problemas, e incluso en las ciudades las papeleras y cubos de basura brillan por su ausencia. En los restaurantes baratos, el camarero quizá traiga nuestro vaso de agua con uno de sus dedos dentro (si le decimos algo, alegará que lo tiene limpio). La India es así un país que destaca por sus suciedad.
 Y es que una cosa es la higiene personal y el hogar, y otra cosa es la calle, el espacio público. El hogar es espacio sagrado (y por eso se descalza uno al entrar en casa), pero la calle es “tierra de nadie”. En la calle se arroja de todo sin problemas. La limpieza de las calles corre a cargo de los barrenderos, normalmente miembros de una casta cuya ocupación principal es ésta, y que tiene el práctico monopolio sobre estos trabajos. Estar en contacto con la basura produce contaminación, por lo que se deja este trabajo a estas castas bajas. Los barrenderos, por su parte, harán el mínimo trabajo imprescindible para que todo siga funcionando, y así es como las calles de la India presentan ese estado tan sucio.
 Los indios tienen también un horror instintivo de tocar la suciedad. Un amigo español me contó la siguiente anécdota: estaba alojado en una pensión barata, y el desague del lavabo se atrancó. Pasaban los días y nadie limpiaba el lavabo, lleno de agua sucia y restos orgánicos. Un día mi amigo decidió pasar a la acción: se remangó y se puso a desatascar el lavabo. Pero se quedó muy sorprendido cuando, tras conseguir limpiarlo, el dueño le echó en cara la suciedad de su conducta.
 En especial, los excrementos son considerados especialmente impuros. Defecar dentro de casa en un cuarto de baño es una costumbre moderna que los indios adoptan a regañadientes; tradicionalmente los excrementos se echan fuera. Limpiar la letrina es una actividad muy impura que se deja al cuidado de la casta de los barrenderos. Hoy en día, donde a menudo ya no es así por muchas razones, veremos a veces en una casa limpia y cuidada un retrete muy sucio: nadie se atreve a limpiarlo. Tras la partición del país en 1947, cientos de miles de refugiados hindúes acudían desde Pakistán a Delhi, donde eran acogidos de cualquie manera en campos de refugiados. Una de las peticiones de esta gente, que no tenían nada en el mundo, era que les proporcionaran barrenderos para limpiar las letrinas, que desbordaban sin que nadie quisiera limpiarlas.
 Hace escasamente veinte años, la basura se descomponía y reciclaba fácilmente. Los restos orgánicos eran consumidos por la vacas y otros animales. Pero la llegada del plástico y los productos envasados ha creado un problema de grandes dimensiones. Hoy en día, basta hacer un viaje en tren para ver que una gran parte del país está literalmente cubierta de restos de plásticos y otras sustancias, que nadie se molesta en recoger. Cada uno se ocupa de su terreno privado, el espacio público es abandonado a una degradación progresiva; la creciente densidad de la población hace el resto.
 Uno de los grandes problemas de la India moderna es que se rige por costumbres y tradiciones pensadas para una sociedad rural con pocos habitantes. Pero las condiciones de vida en las ciudades, y especialmente en las grandes urbes, son muy diferentes. A menudo también, la India se debate en un terreno de nadie: por un lado ha abandonado su propia ética y tradiciones, por otro lado no ha asumido las reglas de una sociedad moderna cuyas ventajas busca ávidamente. Sin embargo, y asombrosamente, la sociedad in dia parece tener una flexibilidad y capacidad de acomodo que la permiten seguir viviendo y avanzando frente a todos los pronósticos contrarios.
 Los musulmanes deben estar en estado de pureza ritual antes de orar, lavándose por orden la cara, las manos, los antebrazos, la cabeza y los pies. Por esta razón las mezquitas constan de un  lugar donde pode realizar las abluciones. Cuando no se puede conseguir agua, las abluciones se pueden realizar con arena.
 Es curioso ver cómo cada cultura tiene sus propios conceptos de suciedad y limpieza, que muchas veces presentsn amplias diferencias. Los occidentales se escandalizan al ver a los indios bañarse en aguas sucias (que éstos consideran puras), tocarse los pies, escupir, etc. A los indios les chocará ver a los occidentales beber de una misma botella, meterse en el bolsillo un pañuelo usado y utilizar papel higiénico, y se horrorizarán al oir que mucha gente se baña sólo escasa veces a la semana.

"La India por dentro". Álvaro Enterría.

jueves, 23 de febrero de 2012

THE WAY

Cuando por fin pude ver The Way me encontraba en el escolasticado de Filipinas, el internet funcionaba correctamente y megaupload no había sido intervenido todavía. Fue a mediados de Marzo del año pasado y madre mía qué deprisa pasa el tiempo!... Confieso que en todo momento intenté disfrutar de ella sin juzgarla anticipadamente desde mi punto de vista, de aquel que ha andado parte del Camino casi diez años y ese rollete. Además tenía en mi cabeza lo hablado con la difunta sobre sus sensaciones cuando ella vio la peli y trataba que nada de aquello me influyera como para no ser capaz de valorar lo que de positivo tuviera. Un mes más tarde me encontraba haciendo El Camino durante diez días, yo solo por primera vez, y reconozco que mi perspectiva se vio agrandada, se amplió mi mirada con una nueva experiencia, única, distinta a lo vivido y también con muchas cosas en común, pero sobre todo me hizo comprender que aquello que chirriaba por parecerme tópico y simplista era en realidad bastante más cierto y sincero de lo que había juzgado en primera instancia. Aún así coincidía con mi querida difun que la peli no recoge apenas algo del sufrimiento y del esfuerzo físico, de cómo responde nuestro cuerpo ante lo que nos va ocurriendo, de la lucha entre nuestro buen espíritu y los demonios que nos amilanan. Es cierto. La peli se centra más en mostrarnos la relación que se va forjando en ese grupo de “improbables” que no deja de ser un tropo tan antiguo como el cine, pero que el director Estévez establece como grupo itinerante del protagonista, Tom, dándole  singularidad a cada uno de los personajes. Tom, viejo y herido; Sara, mujer azotada que trata de escapar de su vida cotidiana y que acaba topándose con alguien tan previsible como otro norteamericano; el amable pero ansioso Joost, y la buena interpretación de James Nesbitt como escritor pretencioso y de poca delicadeza.

Por otra parte creo que la peli acierta en que capta bastante bien la textura de la vida en El Camino donde el cerebro se va fijando en un puñado de obsesiones como la ruta, las camas, comida, el tiempo, los albergues, y también relata con cierta veracidad aquellos que intentan aprovecharse del peregrino cansado o el generoso que abre la puerta por la noche y da de cenar a unos caminantes empapados. Aún así estos hechos podríamos tildarlos de secundarios aunque importantes.

Creo que cualquier película que hable tan explícitamente sobre la vida y sus cambios, corre el riesgo de caer en las promesas típicas de los libros de auto-ayuda donde uno se cura de sus taras fácilmente, o que asistamos a un final hollywoodiense tan convencional como no creíble. No voy a negar que algo de esto tenga la peli si bien el personaje de Jack, buscador de una gran historia que contar, de apetito voraz y bastante impresentable, aporta un tono irónico, simplista, casi molesto en ocasiones, pero realista. De todas las maneras al final queda la sensación de que es una película hecha más para el gusto de peregrinos extranjeros que para los que pertenecemos a la piel del toro

 Como conclusión me quedo con lo bueno, lo que más me ha gustado y que vale para todo el mundo: el Camino queda, como dice Jack en la peli, como una metáfora de lo bueno. Peregrinos, viajes, búsquedas son analogías de cada vida, de las aspiraciones, luchas, fracasos y éxitos. Y The Way lo explicita con brillantez: cuatro peregrinos con la esperanza de que su andadura les cambiará de alguna forma, con la certeza del trecho que hay entre la experiencia y su significado en la vida de cada uno, pues es cierto que no se suele entender el significado de tal experiencia hasta bastante más tarde a pesar de que su tintineo permanece bien vivo y con diferentes sensaciones a lo largo de los siguientes meses. De alguna forma me recuerda a Lost in Translation  en sus consecuencias finales, que huyendo de ser un melodrama o una ironía sin sentido, encuentra una forma de retratar a personas que reaccionan ante cosas que medio-sienten, medio-entienden. Aquí se aprecia ese destello de auto-conocimiento, un momento callado de asombro y un regreso a su ser que podríamos llamar felicidad.

martes, 14 de febrero de 2012

INTRODUCCIÓN AL HINDUISMO ("2ª parte)

 El hinduismo integra desde el culto más elemental hasta la más alta metafísica, y entre estos dos extremos no hay solución de continuidad. El santo o el filósofo no desprecian los niveles inferiores, pues saben que todo el mundo no puede tener la misma comprensión. La creencia en la transmigración y el sistema social de las castas hacen que se exija ni espere lo mismo de todo el mundo.

 Occidente tiende a ver como contradictorios a distintos sistemas de pensamiento o culto que dicen aparentemente cosas diferentes, pues está acostumbrado a pensa en términos excluyentes de acuerdo al principio de no-contradicción. Pero para el pensamiento hindú toda las ideas son a lo sumo aproximaciones a la verdad, y ninguna idea, ningún concepto ni símbolo pueden encerrar o limitar a la última realidad. Ésta es necesariamente inexpresable, y sólo “conocible” por identificación, por experiencia directa. La mente india no se satisface con una única respuesta. Lo que es cierto a un nivel desde un punto de vista deja de serlo al contemplar las cosas desde otro punto de vista más elevado: toda enunciación depende del punto de vista. Así, parecen coexistir en el hinduismo el politeísmo, el monoteísmo, el panteísmo, el ateísmo, el dualismo y el no-dualismo, que no son aquí categorías excluyentes, sino visiones distintas de una misma realidd, dedos que señalan a la luna desde distintos lugares. “Así como los sentidos, por ser múltiples, disciernen diversos aspetos de un solo objeto, de la misma manera las diversas escrituras presentan múltiples aspectos del Supremo, que es Uno”, dice el Bhágavata Purana.

 La visión hindú de la vida es lo que se llamaría hoy “holística”. Considera que todo lo que hay constituye un todo inseparable, donde cada parte refleja a las demás. El universo no es la creación de un Dios exterior, sino la manifestación de lo inmanifestado, la Realidad Última expresándose por medio de innumerables formas, en una tragicomedia (lila) donde todas las posibilidades o potencialidades se manifiestan en innumerables universos. Detrás y más allá de todo lo que hay está, pues, la Divinidad, no como algo exterior, sino como la esencia más profunda, el ser real de todo lo existente, dirigiendo el universo desde dentro. Por este fuerte sentido de la inmanencia, de la presencia divina en todo lo que existe, en la India todo, desde una piedra hasta un hombre, puede ser divinizado y recibir culto, pues a través suyo se intuye el espíritu eterno.
 En el hinduismo se otorga una gran importancia a la experiencia espiritual. Una tradición espiritual muy desarrollada, que hunde sus raíces en una antiguedad muy remota, se ha venido transmitiendo de maestro a discípulo. Mientras que en Europa los místicos han tenido que ir a menudo a contracorriente para ser más tarde aceptados a regañadientes y santificados, en la India los místicos (las personas con experiencia espiritual) son la base misma de la tradición, y la amplitud y maleabilidad del hinduismo les han ofrecido un gran campo de acci´n, aunque ocasionalmente se hayan enfrentado a la ortodoxia sacerdotal. El santo constituye en la India la cumbre de la pirámide social.
 El fin último del hombre según la visión hindú es moksha o mukti, la liberación de todas las ataduras y limitaciones de la existencia condicionada (en este mundo o en mundos celestiales) mediante la unión con la Divinidad, o mejor dicho, mediante una iluminación o toma de conciencia inmediata y directa de que uno siempre ha estado unido a la Divinidad. Sin embargo, este es un ideal muy remoto para las masas hindúes, que aspiran únicamente a ascender a un mundo celestial tras la muerte o a conseguir una encarnación mejor en su próximo nacimiento, y a que sus rituales y oraciones sean recompensados por beneficios concretos en este mundo. Pero el pueblo indio es sinceramente religioso y posee una gran devoción. En la India da la impresión de que de alguna manera los dioses están presentes entre los humanos. Lo sagrado, ya casi totalmente desaparecido en Occidente, aún está muy presente en la vida de los indios. Pero, al contrario que en Occidente donde se separa lo sagrado de lo profano, esta división apenas existe en la India. La espiritualidad y la mundanidad, la vida diaria y lo sagrado se mezclan continuamente, lo que a menudo choca al visitante.
 En la religión hindú se pueden distinguir tres corrientes. Una es la telógico-filosófica, la ortodoxia brahamánica preservada por los pándits o brahmanes eruditos que estudian y transmiten las escrituras; esta corriente estña muy debilitada hoy en día, al carecer los pándits en la sociedad moderna del prestigio del que gozaban hace una generaciones y de medios de vida dignos. La segunda está básicamente formada por los sadhus y saniasis (monjes errantes) que atesoran las enseñanzas más secretas e interiores y las transmiten por iniciación de maestro a discípulo. Ellos son quienes han conservado y conservan los conocimientos más espirituales, a pesar de que en su mundo se den también con cierta frecuencia del desvarío, el comportamiento estrafalario y el parasitismo. Y a estas dos corrientes hay que añadir el hinduismo popular, mezcla compleja donde se juntan miles de ritos, cultos, reencias y supersticiones junto con una cierta forma de vida.
 La mayor fuerza del hinduismo, lo que le ha permitido perdurar y readaptarse a circunstancias muy distintas a lo largo de los siglos, es su flexibilidad y descentralización. En la India ha habido siempre una gran tolerancia en cuanto a las ideas, mientras que se exige de cada uno el comportamiento adeucado. Al contrario que en Occidente, la sociedad es bastante cerrada, mientras que siempre ha habido una gran libertad intelectual.
 Apenas nunca ha habido persecucioens religiosas ni quema de libros o herejes en la India, y siempre ha existido una gran libertad de pensamiento. Los filósofos y pensadores exponían sus ideas sin trabas, y las únicas peleas eran dialécticas. Buddha predicó libremente su doctrina heterodoxa (para el hinduismo) hasta su vejez sin que nadie se lo impidiera. En Kerala han existido desde hace siglos comunidades cristianas, judías y musulmanas a las que se dejaba total libertad de practicar su culto y seguir sus costumbres. Bajo el reinado de Shivaji, el líder maratha que luchó contra el fanatismo y la intolerancia del emperador musulmán Aurangzeb, había una iglesia cristiana y muchas mezquitas en Puna, la capital, y los creyentes de estas religiones no eran molestados en lo más mínimo.

domingo, 5 de febrero de 2012

LA INDIA, (estado, nación, algunos datos y la educación…)

Mi querida Lori me pidió si podía escribir algo sobre la educación en el estado de Andhra Pradesh pues la hija de una amiga suya estaba interesada e iba a presentar un trabajo… esto fue lo que le mandé y que ahora al leerlo de nuevo me parece de interés.


“La India es una anarquía que funciona” John K. Galbaith, economista y antiguo embajador americano en La India.

“La India no es un país en vías de desarrollo. Es una nación altamente desarrollada en un estado avanzado de deterioro” Shashi Tharoor.

El país conocido como La India se llama oficialmente República de La India o Bhára Ganrajya en hindi. Alcanzó la independencia del imperio británico el 15 de agosto de 1947, y se dio una Constitución el 26 de enero de 1950. Su capital es Nueva Delhi (New Delhi).

En 1947 se separaron del Imperio Británico la India y Pakistán (dividido en Occidental y Oriental; Pakistán se independizó en 1971 con el nombre de Bangla Desh); Birmania y Sri Lanka (el antiguo Ceilán), que ya constituían unidades administrativas distintas previamente, formaron también países independientes. La República de La India se extiende sobre una superficie de 3.287.590 km, esto es aproximadamente seis veces la de España 504.782 kmª. Sin embargo, proporcionalmente su población es muy superior: 1.030 millones en 2001, por poco más de cuarenta millones en España. Si España tuviera la misma densidad de población que La India contaría con unos 170 millones de personas.

Unos cuantos datos que te pueden resultar valiosos:

- India cubre el 2,4% de la superficie terrestre, y tiene el 16,7% de la población mundial.

- Superficie: 3.287.590 kmª (España 504.782 kmª).

- Distancias: 3000 km aprox. De sur a norte y de este a oeste.

- Población: casi 1.030 millones (exactamente 1.027.015.247) según el censo de 2001 (548 millones en 1970, 840 en 1990). Aproximadamente un tercio de la población vive en el valle del Ganges. Población estimada en 2020: 1340 millones de niños nacen cada año.




-  Población grandes ciudades: Mumbai (antes Bombay): 16.500.000; Kolkatá (Calcuta): 13.500.000; Delhi: 13.000.000; Chenai (Madrás): 6.500.000.

- Distribución de la población: urbana: 28%, rural: 72%.

- Densidad media: 342 hab./Kmª en 2000. Más denso: Delhi: 9294 hab./kmª. Menos denso: Arunachal Pradesh: 13 hab./kmª.

- 30 Estados: Andhra Pradesh (donde yo vivo, unos setenta y cinco millones de habitantes), Arunachal Pradesh, Assam, Bihar, Chhattisgarh, Delhi, Goa, Gujarat, Haryana, Himáchal Pradesh, Jammu& Kashmir, Jhárkhand, Karnátaka, Kerala. Madhya Pradesh, Maharashtra, Manipur, Meghalaya. Mizoram, Nagaland, Orissa, Panjab, Pondicherry, Rajasthán, Sikkim, Támil Nadu, Tripura, Uttar Pradesh, Uttaránchl, West Bengal.

5 territorios de la Unión (Union Territories): Andamán & Nicobar, Chandigarh, Dadra & Nágar Haveli, Daman & Diu, Lakshadwip.

-  6 grandes religiones. Según el censo de 2001: hindúes: 827 millones (80,5%); musulmanes: 138 millones (13,4%); cristianos: 24 millones (2,3%) (aquí habría que diferenciar entre cristianos católicos y los cristianos protestantes); sikhs: 19 millones (1,9%; budistas: 7,9 millones (0,8%); jainistas: 4,2 millones (0,4%); otros: 6,6 millones (0,6 %).

- 6.400 castas y subcastas.

- 6 grupos étnicos principales, 52 tribus principales.

- 29 festivales importantes.

- 18 idiomas principales, 1.600 lenguas menores y dialectos.

- Principales lenguas: hindi: 30%, bengalí: 8%, télugu: 8%, marathi: 8%, támil: 7%, urdu: 5%.

- Esperanza de vida: 64,7 años.

- Tasa de fertilidad: 2,9 hijos por mujer.

- Población por debajo del umbral de pobreza: 25% (mucha diferencia según los estados).

- Red de carreteras: 3.ooo.ooo kms aprox.

- Red de ferrocarril: 100.000 kms, 7.ooo estaciones, 14.000 trenes funcionan todos los días transportando a 15 millones de personas. La compañía de ferrocarril emplea a 1,65 millones de personas. El tren Himsagar Express recorre 3.726 kms entre Jammu y Kanyakumari.

- 19 millones de funcionarios.

- PIB: 600.000 millones de dólares (España: 110.956 millones) en 2003.

- 10º país más industrializado.

- Renta per cápita: 2.500 $ (2002).

- El dinero negro constituye el 10 al 45% de la economía.

- 5.000 edificios y lugares de interés histórico y cultural protegidos por el ASI (Archeological Survey of India), otros 3.000 por los gobiernos locales. Otros 45.000 no figuran en ninguna lista.

- 2,3 millones de turistas extranjeros. 30 millones de “turistas” locales (incluidos peregrinos, etc. ).

- Bandera nacional: tres franjas horizontales de color naranja, blanco y verde, con la rueda del dharma (dharmachakra) en el centro.



Aunque en la imaginación del mundo la palabra “India” hace aún surgir asociaciones de miseria y subdesarrollo, lo cierto es que La India actual tiene una economía sumamente desarrollada, y con grandes expectativas de crecimiento. En los últimos casi veinte años ha tenido un 6% de crecimiento económico de media, uno de los seis países con crecimiento más alto. Varios expertos prevén que La India será la tercera mayor economía del mundo tras China y Estados Unidos antes de 2050. Como consecuencia de este crecimiento, La India ha exigido al mundo que deje de verla como una tierra de encantadores de serpientes. El momento actual es de gran optimismo, y el país tiene vocación de futura gran potencia. La India, casi totalmente ignorada hasta hace muy poco, ha entrado de pronto en el mapa mundial de la información gracias a su reciente desarrollo económico (lo que dice mucho sobre la “Información” que dan los medios de comunicación).



 El potencial económico es muy grande. La India cuenta con un inmenso capital humano, con una sociedad organizada y emprendedora, con estabilidad política y una democrecia consolidada, con personal técnico competente. Cada año, 525.000 ingenieros, 250.000 médicos, 250.000 abogados, 3.900.000 graduados en humanidades y 1.500.000 graduados en comercio y management entran en el mercado laboral. El subsuelo es relativamente rico, la industria textil conoce una gran expansión, es líder en tecnología de ordenadores (especialmente en software ) , o como dato significativo, la venta de teléfonos móviles aumenta cada mes... en un 60% (dato de 2005). Y aunque la mayor parte del país se encuentra a años luz de los coches modernos, tiendas a la última, pasos elevados, venta de todo tipo de productos y demás escenas, ése es el modelo a seguir que se presenta por doquier y que todo el mundo parece ansiar. En La India se calcula que unos cincuenta millones de personas tienen un poder adquisitivo alto; luego está la amplia “clase media”, unos trescientos millones de personas que combinan como pueden un cierto nivel de vida con muchas estrecheces. Los que están en la “frontera baja” se encuentran, en mi opinión, en una situación peor que la de los pobres, pues aspiran a muchas cosas que no pueden conseguir, mientras que la clase baja sabe vivir sin ellas. El 10% más rico consume el 33% de los bienes y servicios, el 10% más pobre, el 3%. El macrocosmos del mundo moderno, donde coexisten en mayor contraste que nunca en la historia una enorme riqueza y una gran pobreza entre los países del norte y los del sur, tiene su reflejo, su microcosmos, en la misma India.



Sin embargo, a pesar de esta nueva prosperidad, La India tiene inmensos problemas, viejos y nuevos. La pobreza, el desempleo, la explosión demográfica, la falta de recursos, el crecimiento urbano sin planificación, la corrupción, la creciente delincuencia, la degradación de la ecología... La simple cantidad bruta de los números hace que problemas aceptables en otros sitios tomwn aquí una proporciones gigantescas.



 El gobierno reconoce trescientos millones de personas (aprox. Un 30% de la población) por debajo del “umbral de pobreza”, de los cuales casi la mitad viven en ciudades. Los campesinos sin tierra, los obreros explotados, los niños que trabajan de sol a sol, los mendigos en las grandes ciudades y un largo etcétera constituyen la otra cara de la reciente prosperidad. Aunque la vida transcurre como si no existieran, estos hechos se discuten con gran frecuencia en la prensa y el parlamento. Por otra parte, a pesar del gran desarrollo de la economía, las cifras del desempleo son muy altas.



 Sin embargo, una de las cosas que llama la atención en La India es que la mayoría de los pobres, incluso los que viven en condiciones que en otros países llevarían aparejada una gran decadencia moral, viven su vida con gran dignidad. Son persona cuya vida vida tiene un sentido, que forman parte de un gran entramado social y cultural. Madhu Kishwar, una famosa feminista india, escribió: “Si bien la supervivencia de fuertes lealtades de familia y comunidad tiene alguna consecuencias negativas, la existencia de fuertes vínculos comunitarios otorga una mayor estabilidad y dignidad a las personas que si fueran individuos aislados. Esto explica en parte por qué los pobres indios retienen un fuerte sentido de autorrespeto”.



Y en lo referente  específicamente a la educación lo primero que diría es que el premio Nobel de economía Amartya Sen ha confrontado el éxito de La India en la enseñanza superior con el “vergonzoso abandono de la educación elemental”.  Mientras que La India posee una élite de ingenieros y técnicos de primera clase, la tasa de alfabetización es del 65,38%. En hombres: 76%, en mujeres: el 54%. La desigualdad y diferencia entre estados es enorme. Por ejemplo: Kerala: 91% tasa de alfabetización; Bihar sólo el 48%. El gasto público en educación supone sólo un 4% del PNB, y en sanidad un 0.9% lo cual es aún más vergonzoso.

El estado en el que yo vivo se llama Andhra Pradesh y lo ubicaría en una posición media, ni de los estados más desarrollados, ni tampoco de los más atrasados. Es de los estados más grandes y eso se nota pues somos unos setenta millones de personas en un estado que es la mitad de España.  De todas las maneras los estados más desarrollados son en general los que ya lo eran en tiempos del dominio inglés: son aquellos en los que la economía empezó a progresar antes que la presión demográfica se hiciera demasiado fuerte.

 Dicho esto, en Andhra Pradesh el gobierno indio paga la escuela completamente hasta el décimo grado que sería como segundo de la E.S.O más o menos, aunque en teoría se está obligado a realizar hasta el duodécimo grado, es decir, lo que es cuarto de la E.S.O. Las escuelas hasta el décimo grado engloban áreas determinadas y todos los poblados que pertenezcan a esa área deben ir a esa escuela; algo similar ocurre en España. Al llegar al undécimo curso los alumnos han de trasladarse a la ciudad más cercana y realizar allí sus estudios. Se puede elegir entre el colegio del estado o el colegio que es dirigido por religiosos católicos (la presencia católica es mínima pero la que hay suelen ser monjas que o bien llevan escuelas o bien llevan hospitales). Como es lógico, la inmensa mayoría del alumnado es hindú. En estos colegios se puede estudiar como alumno externo, se va y se viene a casa todos los días, o se puede vivir interno si es que el poblado se encuentra lejos y se prefiere no tener que coger el autobús o ir en bicicleta o el autorickshaw, lo cual a veces lleva horas. Ambos colegios en buena parte que no sabría decirte con exactitud están subvencionados por el estado ya que aunque al estado indio no le gusta mucho la presencia católica, reconoce el nivel de la educación que imparte, bastante superior al de los colegios estatales. ( Un ejemplo claro es que gran parte de los políticos y gente de casta alta han recibido su educación en colegios católicos, sobre todo en las ciudades.)

 En Eluru, la ciudad donde yo vivo, aquellos alumnos que van al colegio católico pagan sólo alrededor de cincuenta euros al año, lo cual está bastante bien y es accesible para casi todo el mundo. Además, y esto es importante, en toda La India aquellas personas que demuestran no ganar más de un lakh al año (unos mil seiscientos euros), el gobierno paga sus estudios, incluso los que denominaríamos estudios universitarios, si bien es cierto que no suele darse el caso con frecuencia debido principalmente al bajo nivel educativo de las escuelas rurales y otras razones culturales, como por ejemplo la dote que ha de pagarse para la boda cuando eres mujer y que provoca en muchísimos casos que las niñas se las obligue a dejar los estudios para casarlas lo más pronto posible y así no tene que seguir ahorrando para la dote. Este tema daría mucho que hablar pues afecta no sólo a las clases más bajas si no también a las más altas aunque de forma distinta. El resultado final es cantidad de familias endeudadas de por vida ya que la celebración del matrimonio sin reparar en gasto alguno es tan obligatorio como graves son sus consecuencias en muchos casos.

Cuando se ha terminado el duodécimo curso se puede intentar acceder a un trabajo siempre y cuando se haya conseguido una media superior a un 60% total de la nota. Las asignaturas que se imparten hasta el duodécimo grado suelen ser seis: télugu, hindi, inglés, matemáticas, ciencias y sociales. El télugu aquí engloba todo lo referente a la literatura y el lenguaje; es una asignatura compleja pues escribir bien el idioma es bastante difícil. Después se aprende el hindi que es el idioma oficial y también el inglés. Las matemáticas son básicas aunque más complejas en los dos últimos cursos, así como las ciencias (aquí se engloba ciencias de la naturaleza, biología...); y en cuanto a la asignatura de sociales, se trata de geografía, historia y también economía).

Una vez que se acaba esta etapa el alumno puede decidir entre lo que diríamos un “grado superior” que dura unos tres años o decantarse por algo más duro y complejo que nosotros denominamos como carrera universitaria, y que va de cuatro a seis años según uno se quiera preparar más específicamente. Cantidad de gente hace los grados superiores, sobre todo en informática, pero eso no da seguridad de conseguir trabajo. Las carreras universitarias sí que son mucho más seguras pero las condiciones en las que han de moverse los estudiantes, al menos donde yo vivo, son muy precarias y parece increíble que puedan estudiar decentemente. Supongo que en las grandes ciudades las condiciones cambiarán, pero can bastante seguridad te diría que para muchos de éstos la diferencia no es tan grande respecto a lo que se vive por aquí. De todas las maneras, y como ya escribí antes, la diferencia entre los estados es enorme, así como luego lo son las expectativas de trabajo.



Todo lo que te he expuesto en el apartado de educación es el resultado primero de una charla extensa con Samuel, un profesor amigo mío que lleva educando más de veinticinco años en un colegio del estado. Y después, es el resultado de otra charla con una monja que trabaja en el colegio más importante de Eluru, además de preguntas hechas a conocidos y mi propia visión de las cosas. Espero que te sirva. Por otro lado, la primera parte del artículo lo he sacado de un libro magnífico escrito por un español que vive en La India hace más de veinte años y que se llama Álvaro Enterría, “La India por dentro”, y de mi experiencia a lo largo de estos tres años.

Confío que te llegue a tiempo. A tu disposición si te puedo servir de más ayuda. Un abrazo, Jesús Baena.


lunes, 23 de enero de 2012

Zindagi na milegi dobara, señorita

Cuelgo este artículo que leí el julio pasado una vez que he podido ver la peli. Entretenida y estupenda para recordar cómo nos lo pasamos de bien en nuestra tierra.


Bollywood, de 'road trip' por España


 


El filme indio 'Solo se vive una vez' triunfa en las taquillas del país narrando el viaje de tres amigos a la península ibérica


 


ANA GABRIELA ROJAS - Nueva Delhi - 29/07/2011



Después de comprometerse en matrimonio, Kabir, un joven indio, se va de viaje de soltero con sus dos mejores amigos, Arjun e Imraan. El destino: España. En este viaje los tres amigos entenderán un poco más de la vida y de cómo ser felices. Zindagi na milegi dobara (Solo se vive una vez), es una película de Bollywood con un guion entretenido y divertido, aunque no muy complicado. Eso sí, es una excelente publicidad turística de España para el mercado indio: enseña la belleza del país en el marco del viaje, en su mayoría en coche. También es un paso más hacia el acercamiento de las industrias del cine de India y España.

"Qué bonito paseo, yo quiero ir también y no me voy a perder la tomatina", decía Nirmala, una estudiante universitaria de 22 años al terminar la película. Y es que una de las escenas más aclamadas por el público indio es cuando los amigos, que ya han encontrado a la guapa de la película, la súper estrella Katrina Kaif, se divierten como enanos en la fiesta valenciana.

Tal es la euforia que se ha lanzado un juego para móviles con el tema de la tomatina y este fin de semana en Nueva Delhi se ha organizado una recreación de la fiesta del tomate para la que se esperan unos 15.000 asistentes, según el periódico Hindustan Times. Aunque también hay quienes han tachado el evento de "inmoral" en un país donde hay tanta gente pobre.

Debates aparte, los personajes de la película también viven la vida nocturna española, sin dejar de beber vino y de comer platillos tradicionales. De hecho la canción más importante de la película es Señorita, de la cantadora flamenca María del Mar Fernández. Ahora se oye por todos lados en India con una mezcla de hindi y castellano.

"Es la primera película extranjera que es apoyada económicamente por Turespaña", explica Fernando Casas, que logró el acuerdo entre el ente de que promociona el turismo y la productora de Bollywood, Excel Entertainment. En su opinión, con cada vez más viajeros indios, esta película pondrá a España en el punto de mira.

La película se incluye en el marco del acercamiento de las industrias cinematográficas de los dos países, como explica Carlos Cuadros, director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales. "España e India están próximas a firmar un convenio que facilite y promueva las coproducciones", asegura.

Dice que en los próximos meses se comprobará cómo el cine puede ser uno de los mejores instrumentos para vender la marca de un país, como han hecho tradicionalmente los estadounidenses. "Si España se lo cree y empezamos a utilizarlo más habitualmente podríamos tener resultados magníficos", asegura Cuadros.

Esta película con ojos indios que miran a España como paraíso ha tenido mucho éxito: está en 1.800 pantallas en India y es un éxito en las taquillas. Internacionalmente ha sido el filme indio que más ha recaudado en lo que va del año.

En declaraciones a medios indios la directora Zoya Akhtar, ha contado lo bien que lo pasaron en España, "entre gente que sabe divertirse", especialmente en el rodaje de la canción flamenca en Alájar, Huelva, donde muchos de los habitantes se unieron con sus trajes tradicionales. O cuando en una playa de la Costa Brava tenían que mantener fuera de cuadro a los nudistas para que las escenas en India no fueran censuradas.