lunes, 23 de enero de 2012

Zindagi na milegi dobara, señorita

Cuelgo este artículo que leí el julio pasado una vez que he podido ver la peli. Entretenida y estupenda para recordar cómo nos lo pasamos de bien en nuestra tierra.


Bollywood, de 'road trip' por España


 


El filme indio 'Solo se vive una vez' triunfa en las taquillas del país narrando el viaje de tres amigos a la península ibérica


 


ANA GABRIELA ROJAS - Nueva Delhi - 29/07/2011



Después de comprometerse en matrimonio, Kabir, un joven indio, se va de viaje de soltero con sus dos mejores amigos, Arjun e Imraan. El destino: España. En este viaje los tres amigos entenderán un poco más de la vida y de cómo ser felices. Zindagi na milegi dobara (Solo se vive una vez), es una película de Bollywood con un guion entretenido y divertido, aunque no muy complicado. Eso sí, es una excelente publicidad turística de España para el mercado indio: enseña la belleza del país en el marco del viaje, en su mayoría en coche. También es un paso más hacia el acercamiento de las industrias del cine de India y España.

"Qué bonito paseo, yo quiero ir también y no me voy a perder la tomatina", decía Nirmala, una estudiante universitaria de 22 años al terminar la película. Y es que una de las escenas más aclamadas por el público indio es cuando los amigos, que ya han encontrado a la guapa de la película, la súper estrella Katrina Kaif, se divierten como enanos en la fiesta valenciana.

Tal es la euforia que se ha lanzado un juego para móviles con el tema de la tomatina y este fin de semana en Nueva Delhi se ha organizado una recreación de la fiesta del tomate para la que se esperan unos 15.000 asistentes, según el periódico Hindustan Times. Aunque también hay quienes han tachado el evento de "inmoral" en un país donde hay tanta gente pobre.

Debates aparte, los personajes de la película también viven la vida nocturna española, sin dejar de beber vino y de comer platillos tradicionales. De hecho la canción más importante de la película es Señorita, de la cantadora flamenca María del Mar Fernández. Ahora se oye por todos lados en India con una mezcla de hindi y castellano.

"Es la primera película extranjera que es apoyada económicamente por Turespaña", explica Fernando Casas, que logró el acuerdo entre el ente de que promociona el turismo y la productora de Bollywood, Excel Entertainment. En su opinión, con cada vez más viajeros indios, esta película pondrá a España en el punto de mira.

La película se incluye en el marco del acercamiento de las industrias cinematográficas de los dos países, como explica Carlos Cuadros, director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales. "España e India están próximas a firmar un convenio que facilite y promueva las coproducciones", asegura.

Dice que en los próximos meses se comprobará cómo el cine puede ser uno de los mejores instrumentos para vender la marca de un país, como han hecho tradicionalmente los estadounidenses. "Si España se lo cree y empezamos a utilizarlo más habitualmente podríamos tener resultados magníficos", asegura Cuadros.

Esta película con ojos indios que miran a España como paraíso ha tenido mucho éxito: está en 1.800 pantallas en India y es un éxito en las taquillas. Internacionalmente ha sido el filme indio que más ha recaudado en lo que va del año.

En declaraciones a medios indios la directora Zoya Akhtar, ha contado lo bien que lo pasaron en España, "entre gente que sabe divertirse", especialmente en el rodaje de la canción flamenca en Alájar, Huelva, donde muchos de los habitantes se unieron con sus trajes tradicionales. O cuando en una playa de la Costa Brava tenían que mantener fuera de cuadro a los nudistas para que las escenas en India no fueran censuradas.

lunes, 16 de enero de 2012

Me dice Samuel.

Me dice Samuel, mi intento de profesor de telugu pero mi amigo también, que no recuerda en sus cincuenta años de existencia un invierno tan frío como el que estamos viviendo. Lo cierto es que le creo pues para mí está siendo bastante frío, especialmente por la noche pues durante el día hace bastante calor como es habitual. Por la noche he tenido que cerrar las ventanas y dormir con un par de colchas finas. En serio, hace frío. La gente dice que cuando el invierno es así, el verano que se avecina va a ser absolutamente abrasador, así es que ya me puedo ir preparando. A ver si me bronceo algo que estoy muy blanco.

Del trece al dieciséis de Enero se celebra el festival de Póngal que es el más importante de Tamil Nadu, Andhra Pradesh y Karnátaka. Es el festival de la cosecha, y se celebra con pujas u oraciones, ropas nuevas, comida, etc. Corresponde con Makar Sankranti, cuando el sol empieza a dirigir su curso hacia el norte. No es que sea una fiesta especialmente religiosa aunque sí que se realizan las pujas ordinarias y algunos templos están abiertos para la ocasión, pero en realidad es una fiesta de los que trabajan los campos y aquí hay muchos. Además también algunos animales son bañados para la ocasión y otros son ofrecidos o sacrificados. Casi todas las tiendas cierran y Eluru se vuelve un pueblo tranquilo por unas horas durante el día…

La verdad es que dicho así suena a muy religioso y ceremonioso pero lo que yo he visto estos días son cientos de personas que se preparan para unas luchas de gallos que me sería difícil de explicar su grandiosidad en pocas líneas. La gente se gasta unas cantidades desorbitantes en estas luchas a las que suelen asistir y participar activamente políticos y donde la policía suele mirar hacia otro lado o no aparecer. Después la gente se pilla unas tajadas acojonantes y hay que estar muy alerta estos días a la hora de conducir. Así es La India y mi querida Eluru, y así es como también me lo cuenta Samuel. Eluru un lugar donde casi todo lo más fuera de lugar es posible y explicado desde su inmensa cultura religiosa aunque más bien pueda parecer únicamente diversión y ruptura con la vida normal. Acepto casi todo y me va bien…

INTRODUCCIÓN AL HINDUISMO (1ª parte)

“Del no-ser llévame al ser.

De la oscuridad condúceme a la luz.

De la muerte a la  inmortalidad”.

 Brihadaranyaka Upanishad, 1-3.28

Es imposible comprender una civilización sin entender antes su “religión” (e el sentido más amplio de la palabra): su visión del mundo y el papel del hombre en él. No podemos pensar en comprender el antiguo Egipto sin captar mínimamente su religión, China sin intuir el sentido del confucionismo y el taoísmo, la civilización árabe sin tener en cuenta el motor del islam, la Edad Media europea sin imbuirse de la visión cristiana, el mundo moderno pasando por alto la mentalidad producida por los cambios científicos y tecnológicos. Esta filosofía básica de la vida, en torno  a la cual se organizan casi todas las actividades humanas, distinta en cada pueblo, época o lugar, es la que define principalmente lo que es una civilización o cultura por oposición a las otras.

Hindú, hinduismo (así como India) no son palabras indias. Son palabras persas provenientes de “Sindhu”, el nombre del río Indo. Los indios llaman a su religión “sanátana dharma”, lo que se podría traducir aproximadamente por “ley eterna”, la naturaleza perenne del hombre y el universo. En tanto que “naturaleza”, abarca ( o abarcaba antiguamente) todos los aspectos de la vida, todas las actividades del hombre, intentando encauzarlas poco a poco hacia el conocimiento espiritual, considerado como el fin último del hombre.

El hinduismo no es una religión en el sentido semítico del término. No tiene fundador, no tiene iglesia ni autoridad central, no tiene un libro único ni siquiera tiene dogmas ni unidad de creencias o prácticas. En La India moderna, cuando se quiere hablar de “religión” en el sentido occidental del término, se usa a menudo la palabra urdu de origen árabe “mazhab”. Pues “dharma” no es una serie de creencias y reglas impuestas desde el exterior, sino la naturaleza profunda del hombre y las cosas. El dharma del fuego es quemar, el dharma del viento es soplar, eñ dharma del hombre es la humanidad. El sanátana dharma consiste así en la conducta y el camino para poner al hombre en armonía con su naturaleza profunda, con su ser interior, de los que su naturaleza superficial le aliena. Por eso, muchas veces se dice en La India: “el hinduismo no es una religión, es na forma de vida”. Según la escritora Rudrani Fakir: “Religión es una terrible palabra, que en el mundo occidental ha divorciado a mucha gente de su propia religiosidad, al especializarse para designar los grandes sistemas religiosos y su maquinaria. La ‘religión’ india es el mucho más amplio dharma, el orden cósmico, natural y social que penetra hasta la más pequeña partícula de una totalidad armónica, incluyendo lo ‘profano’.” Según el estudioso español Raimon Panikkar, el hinduismo es antes una ortopraxis, una acción correcta que una ortodoxia, una creencia correcta.

En palabras de Durga Das Basu: “Si alguna religión del mundo ha sido muy mal comprendida, ésa es el hinduismo: no porque sea inexplicable, no porque sea irracional o ilógica, sino porque es tan inmensa. No prescribe ningún conjunto de dogmas o fórmulas para el ascenso espiritual, sino que ofrece un código de principios universales con múltiples deducciones a las que se ha llegado desde diferentes puntos de vista.. Es como un enorme árbol baniano con miles de ramas y tallos, de manera que hay que recordar incluso a sus seguidores que una rama o tallo concretos no son el árbol.”

Como el judaísmo y el islam, pero a diferencia del cristianismo y el budismo, los cuales se encontraron con una sociedad ya constituida, el hinduismo ha tenido que crear también toda la organización social sobre la que se estructura la comunidad, por lo que es inseparable del resto de la cultura o civilización.

El hinduismo se ha formado por el desarrollo de una tradición primordial (el Veda) que ha ido asimilando y anexionándose diversos elementos exteriores. No funciona por oposición y exclusión de otras creencias, rituales y prácticas, sino por inclusión, dirigiéndolas, adaptándolas e integrándolas en su inmenso vientre. Según el estudioso del tantra Mark Dyczkowski: “Para intentar comprender la cantidad inmensa de datos de que disponen al estudiar la historia y la situación presente de las religiones de Asia del Sur, los estudiosos la analizan en términos de una influencia recíproca entre dos tradiciones. Éstas han sido definidas de varias maneras, como por ejemplo ‘aria’ y ‘no-aria’, ‘sánscrita’ y ‘no-sánscrita’, ‘védica’ y ‘no-védica’, ‘brahmánica’ y ‘shramánica’, ‘urbana’ y ‘rural’, ‘erudita’ y ‘popular’, ‘escritural’ y ‘oral’. Se podrían añadir muchos más términos a esta lista de polaridades supuestas, l cual ya en sí mismo testifica elocuentemente sobre la incertidumbre en que están envueltas.” En palabras de Agustín Pániker: “Las etiquetas ‘budismo’, ‘hinduismo’, ‘taoísmo’, y otros ‘ismos’ han sido fundamentalmente impuestas por vecinos y conquistadores. El proceso de cosificación de las tradiciones índicas es un fenómeno reciente, indisociable de la islamización del sur de Asia (siglos XIII-XVIII) y, en especial, de la colonización europea (siglos XVIII-XX) y el desarrollo de los nacionalismos asiáticos (siglos XIX-XXI).”

Podríamos decir que el hinduismo forma una estructura y visión del mundo básica que integra en su seno a muchas religiones, filosofías, cultos y formas de vida, dándoles un sentido metafísico y una unidad, a la manera de un gran tronco del que surgen innumerables ramas. Al no poseer dogmas rígidos, es capaz de absorberlo todo. Acepta todos los caminos hacia la Divinidad, válidoa cada uno en su nivel r4espectivo. Como dice la Bhágavad Guita (IV-11): “De cualquier manera en que los hombres Me amen, de esa misma manera encuentran Mi amor, porque muchos son los caminos de los hombres, pero todos vienen al final a Mí.” Esto explica la gran tolerancia religiosa que ha predominado en La India, y lo poco comunes que han sido el fanatismo y la intolerancia religiosa, ambiente éste que duró hasta la llegad del islam.

jueves, 12 de enero de 2012

DRIVE

En los ritos todo ha de seguir un orden y sin variación; así se crea el hábito, se da paso a la tradición, se mantiene la observancia, todo es formal y ceremonioso, litúrgico… solemne. De esta forma comienza “Drive”, con un rito que nos presenta a este mecánico, doblador de escenas de riesgo en coche, y conductor (nocturno) para atracadores por no más de cinco minutos después de perpetrar el hurto. Acto seguido vienen ocho minutos sin palabras absolutamente magistrales donde vemos a alguien que piensa mientras huye, (nada fácil!).

 Gosling es un tipo del que sabemos poco, sólo que llegó a L.A hace unos seis años, y sabemos a qué se dedica. Apenas habla, y así evita que se le caiga el palillo de la boca!!! Es imperturbable, callado por opción, alguien que no desea complicarse la vida si se trata de poner al descubierto los sentimientos. Pero entonces la “vecina de al lado” y su hijo se cruzarán en su camino y ya nada será lo mismo. La peli se va llenando de momentos trágicos y violentos (al loro la escena del ascensor), de luz y oscuridad, de tensión y afecto, de mucho afecto. La puesta en escena es simplemente magistral, su  ambientación y la atmósfera que crea soberbia, los papeles secundarios están genial, y la música ochentera desbordando teclados y efectos tecnológicos es muy acertada. Carey Mulligan, a la que espero ansioso en “Shame”, está estupenda. Ella ha encontrado en él más corazón que sexo, más afecto que cama. Él ha encontrado en ellos lo mejor que le ha pasado en su vida, y por ello se implica, por esa razón todo su escenario se desmonta.

Al final el rito se mantiene vivo a duras penas, ya que ha sido solapado por una razón por la cual merece la pena vivir.