Siempre que voy a España acabo encontrándome a personas que apenas conozco y me dicen que siguen mis andanzas a través del blog que abrí nada más llegar aquí. A estas personas son las que más siento el haber dejado de escribir en el blog. La última vez que colgué un artículo no recuerdo ni cuando fue, aunque si me acuerdo que poco antes de marchar hacia Filipinas a comienzos de marzo borré cantidad de artículos que podían ser usados por la embajada para cerrar definitivamente mi tiempo en La India. La verdad es que fue una estupidez porque las veces en la embajada me han demostrado que responden más a según se hayan levantado que por otros motivos, o eso al menos es mi experiencia en estos dos años y medio.
De todas las maneras no me importa haber quitado del blog tantos artículos contando tan tristemente mis días en Eluru. He necesitado que pasara el año y estar viviendo otra situación distinta para darme cuenta de lo infeliz que ha sido mi vida y la de los estudiantes de teología el año pasado. No voy a relatar lo sucedido pues no tiene sentido, pero yo que suelo tropezar bastantes veces en la misma piedra, no sé cómo respondería si volviera a pasar por la misma situación.
Mi experiencia de Filipinas durante tres semanas en el mes de marzo fue otro regalo que la congregación me hizo y con él la posibilidad cierta de un posible destino si la puerta india se cerrara algún día. A diferencia de Indonesia el distrito de filipinas sí que está necesitado de religiosos y si son para trabajar como formadores, mucho mejor. Quisiera aclarar que en Indonesia también verían con muy buenos ojos mi llegada pero siendo sincero, ellos están realmente servidos por sus propios religiosos.
De Filipinas colgué en el facebook bastantes fotos. Me trataron estupendamente, me enseñaron en qué podría trabajar y nunca escondieron sus limitaciones o problemas de convivencia. Allí estamos personas de Brasil, Polonia, Argentina, Indonesia y algunos filipinos. Además, muchos de los estudiantes son de Vietnam, y su convivencia con los estudiantes de filipinas hace de la casa del teologado una mezcla preciosa y muy enriquecedora debido en buena parte a las dificultades por las que deben pasar los vietnamitas para llegar a ser religiosos y que en mi opinión les da un plus en su forma de vivir la vida comunitaria y religiosa. Grande Filipinas.
Los otros dos meses hasta que regresé a La India los pasé en España. Al poco de llegar me fui a hacer El Camino durante la Semana Santa, justo antes de la operación de la hernia. El Camino fue el regalo que me hice y que tanto deseaba realizar. Maravilloso. Luego la operación, recuperarme y empecé a viajar por casi todas nuestras casas hablando a la gente y a los alumnos de La India, amén de las bodas y bautizos en Novelda, Madrid, Huelva y Salamanca. He disfrutado mucho y me vino muy bien.
De nuevo he conseguido un visado por seis meses. En esta ocasión me dieron bastante la paliza preguntándome sobre el trabajo que realizo, si recibo dinero, el contrato y esos rollos. Por suerte había leído bien todo lo que viene en la página de la embajada y ya dejé claro mi trabajo como voluntario social no remunerado y sí alimentado. Como regalo final me dieron sólo seis meses y además me obligan a registrarme en la oficina de policía de Eluru en un plazo de dos semanas después de aterrizar.
Pero eso lo dejo para el siguiente post. Saludos.
martes, 13 de septiembre de 2011
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