lunes, 28 de septiembre de 2009

Más vida en pinceladas


Después la vida va transcurriendo tranquila aunque siempre se ve amenizada con alguna que contar. Yo, por mi parte voy trabajando el ser más disciplinado, pues si bien las primeras semanas iba llenando el tiempo como podía y sin saber bien qué hacer, ahora se me pasan las mañanas demasiado rápido y a veces con la sensación de no saberlas aprovecharlas bien. En ocasiones tengo que recordarme lo que he hecho para no frustrarme y darme cuenta de nuevo que los tiempos son distintos, que las cosas que he empezado son de largo recorrido y que ya veré sus frutos, pero ahora toca desierto con unos cuantos oasis donde tomar aliento y descansar. Lo que está claro es que si fuera un poco más disciplinado, el inglés, el telugu, la guitarra, la formación y las homilías serían más fructíferas, pero aún así, voy viendo luz en lo que trabajo.

Las tardes son agradables y se llenan con la limpieza, el deporte, oración, las clases de telugu y la charla personal diaria con uno de los escolásticos. También tengo algo de tiempo por la noche para ver las noticias, a veces un trozo de peli o deportes, o abrir el correo. Por otra parte, según pasan las semanas voy saliendo más a distintos acontecimientos: Eucaristías eternas en Telugu, conferencias en el “campus”, celebraciones de fundadores, confesiones, algunas charlas que ya he dado en alguna de las decenas de casas religiosas que hay por aquí. Poco a poco voy conociendo la ciudad y ya me las apaño bastante bien conduciendo el coche y la moto.

Esta última semana he estado solo con los escolásticos pues McQueen tenía consejo en Kerala y Kristianto fue a sustituir a Valerio que es el maestro de novicios y tenía que renovar su visa, por lo que he aprovechado para recordar algo de la cocina española: la tortilla de patatas me salió estupenda y las judías pintas muy ricas aunque un poquitín duras. Los ingredientes son muy básicos y yo soy un aprendiz, pero he disfrutado mucho porque me encanta la cocina, sobre todo comer como estaréis pensando. Y ahondando en lo gastronómico os digo que mi cuerpo funciona por rachas; cuando creo que ya se ha acostumbrado al arroz me regala unos días de abstinencia total evacuatoria que me obliga a cambiar de dieta y hacer más ejercicio. Hace un par de semanas una comida me sentó mal y tuve mi clásica tarde-noche toledana. No fue nada que no me haya pasado enésimas veces en España, pero el superior se alarmó y ahora me trata como a un niño pequeño con la comida. En mi opinión el problema no son los condimentos o el curry (eso lo que hace es que parezca un embarazado hasta que digiero pero no me pone malo), sino los aceites. En cualquier caso todo es infinitamente mejor de lo que hubiese podido imaginar.

Según voy hablando con los escolásticos de sus vidas, descubro cosas nuevas de La India gracias a sus experiencias. Casi todos ellos ya han hecho uno o dos años de regency o experiencia comunitaria fuera del escolasticado, y aquí como todavía no hay infraestructura suficiente para realizarla todos en alguna de nuestras casas, durante años se les ha mandado o bien alguna casa nuestra de Filipinas, Argentina o Brasil, o bien a la ciudad de Hyderabad que es la capital del estado de Andhra Pradesh con unos seis millones de habitantes, y allí trabajan con los salesianos en cuestiones sociales. De sus experiencias con los “chicos de la calle” o en los “slums” sólo tengo palabras de admiración y creo que es algo único en la formación de un religioso indio. Los chicos de la calle suelen pasar el día en las estaciones de tren y autobús intentando conseguir dinero. Son mandados por sus padres que en su día le negaron la posibilidad que fueran a la escuela pública. La mayoría de sus familias viven en poblados, así es que la labor de los salesianos y nuestros escolásticos es conseguir que los padres firmen el consentimiento de que sus hijos puedan ir al colegio, vivir en la ciudad y la no vuelta al mundo de la calle. Luego, los escolásticos viven con ellos, les acompañan a la escuela, comen y por la tarde tienen algo de formación muy elemental. El trabajo es duro pues la mayoría de los chavales tienen de quince años en adelante, rápidamente muchos que aceptaron con alegría no tienen la voluntad suficiente como para ir todos los días al colegio y empezar a estudiar un poco. Además, los problemas de robo, homosexualidad, droga y violencia están muy a flor de piel, y aunque los salesianos son gente preparada, resulta difícil lidiar con ello. Sobre los que trabajan en los slums, el mundo es aún más cerrado y no se permite la entrada de reporteros ni fotógrafos. Cuesta mucho ser admitido y sólo aquellos con un don especial logran llegar a su fibra y trabajar desde dentro. Si todo marcha normal, en breve podré ir a visitar uno aquí, cerca de Eluru y ya os contaré más cosas.

Voy acabando con algunos brochazos generales que me parecen interesantes: a) en unos días empezaré a dar clases de español a unos cuantos escolásticos que quieren aprender. Serán unas tres horas a la semana y, claro está, ha de ser en algún tiempo libre, así que no hay otra que después de comer y antes de los trabajos. ¡Buff!, pero estoy ilusionado porque me parece algo muy bueno para ellos.
b) Gracias a mi querido Javier López he recibido vía internet libros sobre psicología religiosa en la vida comunitaria, artículos y conferencias suyas. Estoy encantado y no tengo palabras suficientes para agradecértelo. Definitivamente necesito organizar bien mi tiempo para tantas cosas que quiero hacer.

c) Ya he empezado a poner en práctica mis dotes de enfermero frustrado con algunos escolásticos griposos y víricos. He colocado ya algunas banderillas y tengo la suerte de contar con un escolástico-enfermero que sabe y le gusta, por lo que todo es muy fácil. Sigo creyendo que algún día la vida me llevará a una de nuestras casas a cuidar enfermos y a mí mismo. Lo siento cada vez más fuerte y puede que en unos años… quien sabe. De momento lo dejo en barbecho, pero no tardaré en recuperar mis estudios sobre enfermería de una manera más seria.

d) Llevaba tiempo sin ojear detenidamente las distintas webs de nuestras casas españolas y sus blogs. Me hizo ilusión ver el artículo que escribí sobre la película “Up” (reconozco que no hace justicia a la peli pues en general mi artículo es flojo), y voy a intentar escribir de nuevo sobre algunas películas actuales o antiguas de una manera más profunda y religiosa. Gracias.

e) Quisiera también dedicar unas letras a cómo voy sintiendo la manera de obrar de los sacerdotes de la diócesis. Necesito más tiempo para no precipitarme en mis comentarios, pero hasta ahora he conocido algunos que me ha encantado su trabajo con los más necesitados, personas de cierto recorrido, mentalmente viajadas y abiertas. Pero de otros muchos sólo he visto ganas de trepar, insaciables a la hora de pedir dinero hasta dejar a la gente sin sangre, o visitando tu casa en plan fraterno hasta que descubres que está ofreciendo vida fácil y dinero a algunos de los escolásticos para que se vayan con ellos. Bueno, habrá que darle más tiempo.

f) Creo que voy a animarme a aprender italiano. El idioma no es difícil y cuento con la ayuda de McQueen y Plácido. Sólo tengo que encontrar tiempo y ser constante, pero lo haré.

Y hasta aquí he llegado. Para los que todavía mantengáis vivas las ganas de venir a verme en los próximos años os digo que no puedo ofreceros visitas a los preciosos sitios que uno puede ver en los power-points y emails sobre La India. Donde vivo no hay mucho arte que digamos, pero sí que os podré mostrar un bocado de realidad y algo más de la India, de esa India caótica e impresionante, tan espiritual y agresiva a la vez. JB.

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