martes, 22 de septiembre de 2009

EL ELEFANTITO

Hace tres fines de semana, el 22 y 23 de Agosto, se celebró en el sur de la India una de las deidades o divinidades más famosas: Ganesh. Me enteré de casualidad porque aunque los escolásticos y mi comunidad lo sabían, no muestran mucho interés por estos acontecimientos. Supongo que para ellos es algo que no les aporta gran cosa o que están acostumbrados. Yo tuve distintos sentimientos: en un principio lo interpreté como un total abandono de las manifestaciones culturales-religiosas más importantes de su país a pesar de ser de otra religión. Salió a relucir mi mentalidad de turista que se asombra al no haberse organizado un viaje para ver tamaña divinidad y echa en cara internamente, al menos una visión más sinóptica de la realidad. Después me reproché la arrogancia pues lo cierto es que nadie me impedía ir a conocerlo. Así es que el Domingo por la mañana me acerqué. Eluru, como ya os he contado otras veces, es una ciudad de unos 300.000 mil habitantes, pero es pequeña. Lo que tiene, como en toda La India es gente por todas partes, pero la ciudad se acaba pronto, y a diferencia de lo que vi en el estado de Kerala, aquí la mayoría de las casas, tiendas y pequeños edificios están destartalados y sucios. Otros pocos no. Circulé por las calles y rápidamente me di cuenta que se habían instalado varias “carpas” para honrar a Ganesh y decidí para en un par de ellas. Como viene siendo habitual la gente me miraba de arriba-abajo sin ninguna discreción mientras yo contemplaba todo el ritual. En la segunda carpa me invitaron a participar, y aunque en mi foro interno pensaba que debería ser sólo para los que creen en Ganesh, acepté gustosamente.
Ganesh es un dios rechoncho y amable, sabio y con cabeza de elefante. Entre sus atribuciones la más importante es que quita de en medio los obstáculos removiéndolos, y dicen que es el dios que primero reconocen sus adoradores cuando visitan un templo. También se le atribuye el patronazgo del aprendizaje y en su mano lleva un colmillo roto con el que escribe partes del “Mahabharata” que es el gran poema épico de los Vedas hindúes, el cual contiene uns 10.000 versos donde se describe la batalla entre los Pandavas y los Kauravas.
Cómo llegó a tener la cabeza de elefante es explicado con varias historias. Unos dicen que Ganesh era hijo de Shiva (creador y destructor de la ida), y otros dicen que Ganesh fue creado por la diosa Parvati para vigilar y custodiar la puerta mientras se bañaba. Lo esencial es que cuando Shiva quiso entrar en los alojamientos de la diosa Parvati, Ganesh le prohibió la entrada y Shiva le cortó la cabeza. Cuando Shiva se dio cuenta que era el hijo de la diosa Parvati mandó a sus sirvientes que le devolvieran la cabeza con la primera criatura que encontraran. Y la criatura fue un elefante. Ganesh fue devuelto a la vida y se le recompensó su valentía siendo el señor de los nuevos comienzos y el guardián de las entradas.
El rito a cumplir es bastante sencillo. Se lleva o se compra un coco que ha de ser golpeado y partido en un Ganesh pequeñito a la entrada; allí se derrama el líquido sobre el dios para pasar después a un cuartito donde el sacerdote esparce sobre tu cabeza unas florecillas y te bendice con una especie de embudo mientras yo recogía el humo del incienso para ahumarme de su olor. El hecho de hacer pedazos el coco simboliza la ruptura con los malos deseos inherentes a la persona. Algunas veces se distribuían bolas de arroz azucarado a los niños y las ponían como ofrenda. Se cree que representa la sabiduría y que Ganesh las lleva en sus manos. A estas bolitas se las llama “Modhakam”. Contado así, todo parece paradisiaco, pero hay que recordar que esto es Eluru, que las carpas eran como tiendas ambulantes y que por supuesto había mierda y basura por todas partes, pero como ya he dicho , a mí todo se me hace una sola cosa y me gustó. También me parece interesante deciros que en ciudades como Mumbai (antes Bombay) Ganesh es posiblemente el festival más grande del año: diez días en toda la ciudad; el primer, tercer, quinto, séptimo y décimo día miles de familias y comunidades cogen su Ganesh, lo llevan a la orilla del mar y lo hunden. El último día millones de personas sumergen enormes estatuas en un espectáculo absolutamente caótico. La experiencia fue sencilla pero interesante.
(siguiendo las indicaciones de javito luengo, mañana o pasado colgaré más)

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