sábado, 26 de noviembre de 2011

EL CINE INDIO (segunda parte)

 El público occidental, acostumbrado a un cine muy distinto, a menudo desprecia el cine indio al que considera burdo, sentimental y poco realista. Pero hay que tener en cuenta que el lenguaje del cine indio es muy distinto al occidental y sus conversaciones son otras. Así como en una gran parte del cine occidental es casi imprescindible que se produzcan uno o varios asesinatos sin que a nadie le sorprenda tanta carnicería, en casi todas las películas indias hay música y baile. La historia es mucho menos realista, el ritmo narrativo es distinto, y la duración de la película rara vez baja de tres horas. Los personajes son estereotipados, a menudo ricos que viven en mansiones increíbles; los protagonistas son personas de absoluta integridad, en contraste con los malvados, normalmente mafiosos o políticos corruptos: con frecuencia hay una escena de hospital, con final trágico o no y un amigo gracioso. Son muy comunes el género romántico y, más recientemente, el género violento. El cine de Bollywood depende mucho de las grandes estrellas: una película que aspire a tener éxito debe contar con una o varias grandes figuras, que son pagadas a precios exorbitantes.



El cine que se hace en Bombay (llamado Bollywood en paralelismo con Hollywood) se hace en hindi, que es la lengua más común en todo el país. De hecho, este cine, junto con las canciones que incluye, ha contribuido a hacer del hindi una lengua comprendida en muchos estados donde el idioma es otro. La industria del cine hindi, que controla la mitad de la producción cinematográfica india, mueve muchísimo dinero (en parte también dinero negro) e impone sus reglas uniformadoras, ahogando a menudo el talento individual de muchos directores. Sin embargo, hay algunos cineastas que han logrado manifestar su creatividad. Asumiendo una parte de las convenciones, como los números musicales, cuentan temas de actualidad o históricos con más seriedad que en el pasado.



Fuera del cine comercial, se realizan también algunas películas “de autor”, con una distribución en general pobre. En Calcuta, una ciudad muy culta, surgieron dos cineastas de gran talento: Guru Dutt (1925-1964) y Satyajit Ray (1921-1992). Satyajit Ray, el más conocido de los dos, cineasta, escritor y músico, es conocido sobre todo por su famosa trilogía: Pather Panchali, Aparajito y Apu Sansar (1955-1959). El reconocimiento internacional de su obra (sobre todo en Francia) le permitió sobrevivir en un mundo donde prima la comercialidad. Últimamente Mira Nair, una mujer india que vive en el extranjero, ha realizado varias películas de tema indio que han tenido un cierto éxito en Occidente: Salaam Bombay (1988), La boda del monzón (2001). El cine hindi, por su parte, se debate entre una creciente hacia el erotismo y la violencia y algunos esfuerzos por hacer películas de calidad (Devda, Lagaan, etc..) Se realizan en los últimos años intentos por entrar en los circuitos occidentales, presentando películas a los Oscars, etc. Recíprocamente, se empiezan a doblar al hindi y otras lenguas algunos éxitos del cine occidental, sobre todo americano.



La época dorada del cine indio tuvo lugar en la década de 1950, en la que gran parte de las películas estaban basadas en obras literarias. Últimamente, y tras explorar muchas posibilidades de cine intrascendente y comercial, parece que una parte de la industria está volviendo a la idea de que la historia es el elemento más importante de la narración cinematográfica. Se vuelven así a utilizar novelas importantes para los guiones. Por ejemplo, la citada Devdas está basada en una novela del escritor bengalí Sarat Chandra Chattopadhyay y cuenta con una soberbia puesta en escena. También se han utilizado novelas y cuentos de R. K. Narayan y de Premchand (el cual trabajó durante un corto período en los años veinte como guionista de cine en Bombay) Recientemente se ha relanzado a las pantallas la película clásica Mughal-e-azam (1960), una superproducción sobre el Imperio Mogol, tras colorearla a través de ordenador.



Al contener prácticamente toda película india un gran número de canciones, esta música constituye una enorme industria en sí misma. La industria cinematográfica no sólo se nutre de los ingresos de taquilla, sino de la venta de bandas sonoras. Muchas de estas canciones se convierten en verdaderos clásicos, conocidas a lo largo y ancho del país. Entre los cantantes de películas, la persona más conocida es Lata Mangeshkar, una versátil cantante que empezó su carrera en 1949, ¡y aún sigue cantando!.



Sin embargo, y aunque la cinematografía india sea profundamente desconocida en los países occidentales, se exporta por gran parte del mundo: todo Oriente Medio, el norte de África, Rusia, Indonesia, etc. En muchos de estos países las películas indias cuentan con muchísimos espectadores, los actores y actrices indios son muy populares, e incluso sus canciones son tarareadas por miles de personas que no comprenden su letra. Así, la gran figura del cine indio Amitabh Bachchan, un verdadero ídolo en su país, es también muy popular en muchos otros países, y se estima que más de quinientos millones de personas han visto algunas de sus películas.



 [1] ENTERRÍA Álvaro, La India por dentro

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