lunes, 26 de septiembre de 2011

Suerte, astros y vida

Desde que empecé a ir a Katlampudi, algo más que un poblado dominical, tres han sido los estudiantes que me han acompañado y que hacen el trabajo más pesado de traducirme y de las homilías. Con los tres he tenido mucha suerte pues son encantadores.
El primero fue Deva; él no es religioso dehoniano pero vivió en nuestra casa durante tres años mientras estudiaba teología pues su congregación estaba naciendo y no tenían sitios propios. Hace una semana apareció por aquí (no lo había vuelto a ver desde que se fue el pasado noviembre) y me dio una inmensa alegría. En un par de meses se ordenará diácono y allá por febrero presbítero. Será en Nueva Delhi y espero ir.
El segundo fue Anil, al que apodé “blacky”. El primer año fui su formador, así es que nos conocíamos bien y nos apreciamos. No es que tuviera muchas dotes para el canto, la catequesis o las homilías, aunque no lo hacía mal, pero siempre tratábamos de hacer lo mejor posible. El año pasado resultó ser duro para él y vivió su particular crisis que le llevó a pedir un año de permiso fuera, mientras trabajaba. A día de hoy mantiene muy buen contacto con nuestras casas y será bastante probable que vuelva. Me alegra un montón. De hecho hace una semana me encontraba en la casa de Nambur sustituyendo al maestro de postulantes durante diez días y Anil se pasó a verme. Charlamos un buen rato y creo que su experiencia de un año fuera trabajando le está viniendo muy bien pues según sus palabras la vida fuera de los muros del convento no es tan llamativa como parece pero tampoco tan dura si uno sólo desea vivir normalito sin grandes pretensiones. Además, ha entendido las muchas posibilidades que uno tiene de hacer diferentes cosas cuando se vive la vida religiosa con normalidad y como consecuencia ha entendido lo mucho que perdemos el tiempo en ocasiones y cómo nos desgastamos en quejas baratas. Por otra parte, no le faltan oportunidades de disfrutar de su escaso tiempo libre y me cuenta sin ahorrarse mucho detalle las enormes diferencias que existen en La India entre los que viven en las ciudades y los que viven en el campo, y como se asemejan mucho las vidas de los jóvenes de occidente y la de muchos indios y también asiáticos que viven en las grandes ciudades.
El tercero es Mariannand o Anan, o potbelly como me gusta llamarle. También fui su formador mi primer año y nuestra relación es excelente. Sus dotes para el canto, la catequesis y dar homilías son magníficas por lo que me siento doblemente afortunado. La pena es que acaba su periplo estudiantil en noviembre y me quedo sin él. Ya lo sabía, así es que trato de que disfrutemos lo más que podamos. Además desde ayer domingo veintiséis de septiembre ya no voy más a celebrar por la mañana temprano a un poblado cerca de nuestra parroquia en Vempadu, debido a la presencia de un nuevo religioso en la comunidad que ha sido ordenado hace mes y medio y que trabaja de ayudante del párroco. Es un tipo estupendo que ha vivido los dos últimos años en Argentina y con el que hablo en castellano para que no pierda lo aprendido. Bueno, a lo que iba, que ahora podemos ir a Katlampudi mucho más pronto y visitar familias, limpiar alrededor de la capilla, ensayo de canto, catequesis y más cosas con todo el tiempo del mundo. El Domingo que viene nos iremos de excursión a un santuario de la virgen que está a una hora y pico en autorickshaw y están todos muy contentos pues lo llevamos preparando ya tiempo y no creáis que es fácil organizar y poner de acuerdo a esta gente. Iremos unos treinta.
El hermano de éste último, Anan, iba a casarse el seis de octubre, pero la boda ha sido pospuesta, de nuevo. Y digo de nuevo porque anteriormente ya se había pospuesto otras dos veces. Cuento esto porque me parece interesante el hecho y las razones, sobre todo las razones. Las dos primeras veces la boda fue pospuesta porque los astros no eran favorables, y esta tercera porque ahora se ha descubierto que la familia de la novia no ha podido reunir todavía el dinero de la dote según su clase social. En esta ocasión el montante llega a dos laks, es decir, unos tres mil euros. Así es que ya veis, pueblos y familias que por tradición o por algún misionero se convirtieron hace ya décadas al cristianismo pero que en momentos clave de la vida siguen también las directrices hindúes no vaya a ser que si ocurre alguna desgracia, la gente comente que no se hicieron bien las cosas…… Lo de la dote es cultural y para mí uno de los más grandes impedimentos de que La India no se desarrolle mejor y por supuesto una de las injusticias más indignantes de este precioso país.
Por cierto, como parece que todavía hay gente que mira el blog a ver si he escrito algo, lo cual es admirable, me fuerza a decir que sí, que me corté el pelo el sábado pasado, no al uno pero bastante. Cosas que pasan. Supongo que ahora tocan años de llevarlo cortito. La vida.

lunes, 19 de septiembre de 2011

sin cometa

Ya eran pasadas las siete y media de la mañana, hora en que debería empezar la Eucaristía dominical y todavía no había llegado nadie a excepción de un par de personas en el poblado al que durante los tres últimos meses he estado yendo para ayudar al párroco de Vempadu. Mientras hacía tiempo, miraba tras la pequeña ventana a una mujer que vive al lado de la capilla y que es protestante según he sabido. La mujer lavaba afanosamente su ropa como imagino se lleva lavando desde hace décadas, quizá siglos, golpeando contra una gran y lisa roca una especie de falda que las mujeres se ponen debajo del sari. Era de color violeta, y allí estaba yo absorto y pensando que hasta hace cuatro meses lavaba mi ropa a mano. Después cuando termino la celebración vuelvo rápido a casa y recojo a Anand para marcharnos a Katlampudi, el poblado donde celebro desde hace año y nueve meses y todavía sigo siendo feliz. Allí también se puede ver a las mujeres lavar sus ropas en el margen del río en unas aguas sucias y llenas de basura alrededor. Otras tantas mujeres están trabajando en el campo por lo que durante los meses de julio, agosto y parte de septiembre hay muchos domingos que no vienen a la Eucaristía. Ya sabemos que el campo y los animales no saben de fin de semana.
A mediados de agosto once de nuestros religiosos fueron ordenados sacerdotes. Una pasada, aunque tardaremos un tiempo en volver a celebrar más ordenaciones. Uno de ellos ha sido destinado aquí, a Eluru como ayudante del párroco de Vempadu, que también vive en esta casa, por lo que ahora somos cinco en la comunidad, los dos párrocos, Aji y Jojjappa, el padre Thomas Stanley, irlandés septuagenario que hace labores de acompañante espiritual, Sunil y yo. Sólo Sunil yo nos dedicamos a la formación de los catorce escolásticos y nos sobra. La vida ha cambiado bastante, es más tranquila y sosegada a pesar que ahora tenga algo más de trabajo al estar dos, y sin embargo no hay nada como irse encontrando uno feliz y a gusto con la vida que lleva. He empezado a estudiar algo del hindi; mi intención es aprender a leerlo y ya veremos con el tiempo si logro hacer algo más. En breve, de hecho ya debería haberme movido, llamaré a Banergi, el hombre que me ha ayudado a registrarme en la oficina de policía y espero que lo haga también ahora para conseguir la extensión del visado aquí en La India.
Ya dije que he dejado de fumar. Lo siguiente va a ser cortarme el pelo al uno. Será el próximo sábado, ya está decidido. Adiós a veintidós años de pelo largo y medio largo, y que ahora se estaba convirtiendo en cuatro pelos. La India tiene estas cosas pero ahora no me importa. Saludos.

martes, 13 de septiembre de 2011

dejandodeecharhumo

Después de meses sin colgar un solo artículo me despacho hoy con dos, pero éste último muy breve. Es que me he acordado que hoy trece de septiembre hace cinco meses que dejé de fumar, justo en el instante en que poco antes de las nueve de la mañana me subía al autobús con dirección a Ponferrada para celebrar la Semana Santa andando hacia Santiago. Nunca pensé que abandonaría el tabaco pues la verdad es que no me apetecía, pero estando en Filipinas, un día, era tal la humedad que al fumar me asfixiaba. Lo recordé de camino al autobús y me dije que quizá era el momento adecuado. De momento parece que acerté. Además, el indonesio que ha vivido conmigo los dos últimos años y con el que solía fumar sin tregua tuvo que salir corriendo del país por las historias del visado y le será casi imposible volver. Una auténtica pena, aunque eso también me ha ayudado para seguir sin fumar.
Desde que regresé a La India, el nueve de Junio, justo en mi décimo aniversario como presbítero, ya han pasado tres meses, y lo han hecho muy rápido. Y lo mejor, feliz, de veras.

Saludos

Siempre que voy a España acabo encontrándome a personas que apenas conozco y me dicen que siguen mis andanzas a través del blog que abrí nada más llegar aquí. A estas personas son las que más siento el haber dejado de escribir en el blog. La última vez que colgué un artículo no recuerdo ni cuando fue, aunque si me acuerdo que poco antes de marchar hacia Filipinas a comienzos de marzo borré cantidad de artículos que podían ser usados por la embajada para cerrar definitivamente mi tiempo en La India. La verdad es que fue una estupidez porque las veces en la embajada me han demostrado que responden más a según se hayan levantado que por otros motivos, o eso al menos es mi experiencia en estos dos años y medio.
De todas las maneras no me importa haber quitado del blog tantos artículos contando tan tristemente mis días en Eluru. He necesitado que pasara el año y estar viviendo otra situación distinta para darme cuenta de lo infeliz que ha sido mi vida y la de los estudiantes de teología el año pasado. No voy a relatar lo sucedido pues no tiene sentido, pero yo que suelo tropezar bastantes veces en la misma piedra, no sé cómo respondería si volviera a pasar por la misma situación.
Mi experiencia de Filipinas durante tres semanas en el mes de marzo fue otro regalo que la congregación me hizo y con él la posibilidad cierta de un posible destino si la puerta india se cerrara algún día. A diferencia de Indonesia el distrito de filipinas sí que está necesitado de religiosos y si son para trabajar como formadores, mucho mejor. Quisiera aclarar que en Indonesia también verían con muy buenos ojos mi llegada pero siendo sincero, ellos están realmente servidos por sus propios religiosos.
De Filipinas colgué en el facebook bastantes fotos. Me trataron estupendamente, me enseñaron en qué podría trabajar y nunca escondieron sus limitaciones o problemas de convivencia. Allí estamos personas de Brasil, Polonia, Argentina, Indonesia y algunos filipinos. Además, muchos de los estudiantes son de Vietnam, y su convivencia con los estudiantes de filipinas hace de la casa del teologado una mezcla preciosa y muy enriquecedora debido en buena parte a las dificultades por las que deben pasar los vietnamitas para llegar a ser religiosos y que en mi opinión les da un plus en su forma de vivir la vida comunitaria y religiosa. Grande Filipinas.
Los otros dos meses hasta que regresé a La India los pasé en España. Al poco de llegar me fui a hacer El Camino durante la Semana Santa, justo antes de la operación de la hernia. El Camino fue el regalo que me hice y que tanto deseaba realizar. Maravilloso. Luego la operación, recuperarme y empecé a viajar por casi todas nuestras casas hablando a la gente y a los alumnos de La India, amén de las bodas y bautizos en Novelda, Madrid, Huelva y Salamanca. He disfrutado mucho y me vino muy bien.
De nuevo he conseguido un visado por seis meses. En esta ocasión me dieron bastante la paliza preguntándome sobre el trabajo que realizo, si recibo dinero, el contrato y esos rollos. Por suerte había leído bien todo lo que viene en la página de la embajada y ya dejé claro mi trabajo como voluntario social no remunerado y sí alimentado. Como regalo final me dieron sólo seis meses y además me obligan a registrarme en la oficina de policía de Eluru en un plazo de dos semanas después de aterrizar.
Pero eso lo dejo para el siguiente post. Saludos.