Os parecerá increíble pero en Eluru tenemos a las afueras de la ciudad todo un campus universitario sólo para congregaciones religiosas en donde está el college para estudiar teología y alrededor todas las casas religiosas. En mi opinión, con mucho acierto nosotros no quisimos construir la casa dentro del campus y estamos entre medias de la ciudad y del campus, a cinco minutos en moto de cada una de los dos sitios. Nuestros estudiantes no sólo tienen buena fama debido a que sus notas son siempre altas sino que además les tienen cierta envidia por vivir fuera del campus y sobre todo por la libertad de la que gozan, hecho curioso ya que la vida del escolástico o brother como aquí les llamamos está marcada por un horario un tanto rígido para ser ya frailes, si bien es cierto que a su disposición tienen un jeep y la moto además de sus bicicletas para moverse. Sólo tienen que escribir en la pizarra de la entrada dónde, cuándo y cómo van. Así es que ya podéis imaginar la vida del resto. Más o menos la vida es una mezcla entre nuestros seminarios menores y Salamanca. Nos levantamos a las cinco y media, uufff!, y de seis a siete y media hay laudes, meditación, Eucaristía y un poco de limpieza de cuartos y pasillos. Desayunamos y a las nueve están en clase. No siempre es así porque los lunes y viernes la Eucaristía es por la tarde y la adoración con reflexión de la palabra por la mañana. Eso sí, nos seguimos levantando a las cinco y media, incluyendo el sábado. Tres días a la semana preparan ellos la homilía y los rezos siempre los dirigen. Hasta ahora sus homilías son interesantes pero eternas, Dios mío lo que hablan. Yo, que he estado estos siete días “de semana” mis homilías han sido la mitad, menos de la mitad. Comemos a la una por lo que las mañanas voy a tenerlas prácticamente enteras para mí. Hasta ahora las hemos dedicado a visitas de casas religiosas, a ver el noviciado y el seminario menor, algunas reuniones y trabajos domésticos, pero al menos de dos a tres horas creo que las tendré para mí. De momento no me sobran ya que mi labor aquí además del acompañamiento general en las actividades diarias estoy al cargo de la formación de los de segundo de teología que son ocho. Si tenemos en cuenta que ya han estudiado tres años de filosofía y el noviciado, todos ellos son de veinticuatro años para arriba, una edad estupenda. En síntesis los cuatro años de teología y formación están divididos en: un primer año en el que se continúa la formación dada en el noviciado, el tercer año se centra en la espiritualidad y formación dehoniana, el cuarto y último en la vida religiosa y votos, y el segundo año que es el mío se desarrolla en torno a la formación religiosa general desde el punto de vista psicológico-espiritual. Que qué es eso? Pues en ello estoy, leyendo libros sobre formación psico-religiosa de sacerdotes y religiosos para la India, preguntando a los que más saben, y algún tocho que me ha mandado Écker… a ritmo de caracol para enterarme un poco y elaborar algo sistemático y estructurado, dos palabras que no suelen definirme. Todo es empezar y ya he tenido dos sesiones. Como soy muy original mi primer tema es el de la vocación. Bueno, al menos creo que no se están aburriendo aunque mi inglés es bastante limitado para expresar todo lo que quiero comunicar. Después, al menos un par de veces al mes tendré encuentros personales a ver qué es de sus vidas.
Las tardes son: trabajos domésticos, deporte, estudio, oración, estudio, cena, oración, estudio. A veces no este orden, otras hay formación, también hemos ido a charlas y oraciones con otras congregaciones, hay un equipo de volea que juega en “la liga de religiosos y diocesanos de Eluru” y somos muy buenos, otros días tienen pastoral aunque no todos a la vez, y en general la tarde siempre está ocupada ya que junto a la rigidez del horario, se suman visitas, acompañamientos, religioso florero que persigue a dos religiosos por el jardín mientras plantamos árboles y verduras o se riegan la centena de maceteros con unas flores preciosas. En serio, el jardín de la casa es magnífico y dura los trescientos sesenta y cinco días. En mi opinión el diseño del horario no facilita un estudio prolongado pero se defiende con el argumento de tener la media de notas más alta del college y los mejores alumnos en los cursos superiores. Por otra parte reconozco que el fin de semana tienen bastante estudio aunque siempre hay que combinarlo con formación, pastoral y tiempo libre. Para empezar no está mal y seguro que iré encontrando más cosa que hacer, empezando por hacer de nuestra sala de comunidad un lugar más limpio y apacible, y después ingeniármelas para montar una pequeña enfermería donde ahora sólo hay basura y cuatro gasas mal puestas. Sí, ya sé, que parece increíble que yo esté hablando de limpieza y orden pero hasta para mí es excesivo, y aunque puedo vivir perfectamente en semejante caos, me apetece hacerlo.
Hoy cumplo dos semanas y el tiempo ha pasado rápido como suele ocurrir en estas situaciones. Poco a poco mi cuerpo parece irse haciendo al increíble calor de estos quince días. La India es gigante y el clima varía dependiendo de donde uno viva. El estado de Andhra Pradesh pasa por ser uno de los más calurosos y a fe que me lo está demostrando. Para más “inri” la época de lluvias ya tenía que haber hecho acto de presencia hace días, y este año se está retrasando mucho según los autóctonos. El problema es que la temperatura no baja casi nunca de treinta grados y la humedad es bestial por lo que no refresca nada. Si además le sumo las diez veces al día que como poco se va la luz, a veces durante media hora, otras solamente unos minutos, os podéis imaginar lo que sudo. En realidad, sudar no me preocupa sino los cientos de granitos que me salen sobre todo en los antebrazos y la curva de la flexión de las piernas que pican un montón. Algún día he deseado arrancarme la piel a tiras pero en general lo soporto estoicamente; además, ayer llovió un poco y hoy se nubló por la tarde, por lo que en breve vendrá la ansiada lluvia. Y con la lluvia vendrán las serpientes que salen a refrescarse después del chaparrón y buscan sus ranitas de tamaño mastodóntico, así es que no sé qué prefiero. De momento hoy me he cargado decenas de bichos gigantes que parecen moscardones en tamaño libélula mientras voy limpiando la sala, y en breve no habrá rincón de mi habitación que no revise antes de irme a la cama. De hecho ya lo hago. Por cierto mi habitación es simple pero grande, mucho más de lo que esperaba y aunque la línea de internet con frecuencia no funciona, ni en el mejor de mis sueños hubiese imaginado tener internet en mi cuarto… Creo que hablaba acerca del tiempo. Por ejemplo, en estados como Kerala, al sur, el calor no es tan abrasador y hay más lluvia. Y en el norte pasan frío. En la zona oeste donde está Goa y Bombay hace calor pero dicen que no es comparable. Y también hay algún estado un poco más al norte de donde vivo que hace más calor. Muy resumido pero suficiente. Basta con añadir que a las ocho de la mañana ya no se puede estar al sol y que después de comer es imprescindible dormir un poco con los ventiladores del techo a toda pastilla. Bueno! Se me ha olvidado deciros que tengo aire acondicionado en mi habitación! Todo un lujo pues sólo hay dos habitaciones. Son muy majos mi comunidad y me cuidan! Pero nunca lo uso por las noches y durante el día sólo en algunos momentos. No es bueno acostumbrarse que luego hay salir de la habitación y es mucho peor.
Las tardes son: trabajos domésticos, deporte, estudio, oración, estudio, cena, oración, estudio. A veces no este orden, otras hay formación, también hemos ido a charlas y oraciones con otras congregaciones, hay un equipo de volea que juega en “la liga de religiosos y diocesanos de Eluru” y somos muy buenos, otros días tienen pastoral aunque no todos a la vez, y en general la tarde siempre está ocupada ya que junto a la rigidez del horario, se suman visitas, acompañamientos, religioso florero que persigue a dos religiosos por el jardín mientras plantamos árboles y verduras o se riegan la centena de maceteros con unas flores preciosas. En serio, el jardín de la casa es magnífico y dura los trescientos sesenta y cinco días. En mi opinión el diseño del horario no facilita un estudio prolongado pero se defiende con el argumento de tener la media de notas más alta del college y los mejores alumnos en los cursos superiores. Por otra parte reconozco que el fin de semana tienen bastante estudio aunque siempre hay que combinarlo con formación, pastoral y tiempo libre. Para empezar no está mal y seguro que iré encontrando más cosa que hacer, empezando por hacer de nuestra sala de comunidad un lugar más limpio y apacible, y después ingeniármelas para montar una pequeña enfermería donde ahora sólo hay basura y cuatro gasas mal puestas. Sí, ya sé, que parece increíble que yo esté hablando de limpieza y orden pero hasta para mí es excesivo, y aunque puedo vivir perfectamente en semejante caos, me apetece hacerlo.
Hoy cumplo dos semanas y el tiempo ha pasado rápido como suele ocurrir en estas situaciones. Poco a poco mi cuerpo parece irse haciendo al increíble calor de estos quince días. La India es gigante y el clima varía dependiendo de donde uno viva. El estado de Andhra Pradesh pasa por ser uno de los más calurosos y a fe que me lo está demostrando. Para más “inri” la época de lluvias ya tenía que haber hecho acto de presencia hace días, y este año se está retrasando mucho según los autóctonos. El problema es que la temperatura no baja casi nunca de treinta grados y la humedad es bestial por lo que no refresca nada. Si además le sumo las diez veces al día que como poco se va la luz, a veces durante media hora, otras solamente unos minutos, os podéis imaginar lo que sudo. En realidad, sudar no me preocupa sino los cientos de granitos que me salen sobre todo en los antebrazos y la curva de la flexión de las piernas que pican un montón. Algún día he deseado arrancarme la piel a tiras pero en general lo soporto estoicamente; además, ayer llovió un poco y hoy se nubló por la tarde, por lo que en breve vendrá la ansiada lluvia. Y con la lluvia vendrán las serpientes que salen a refrescarse después del chaparrón y buscan sus ranitas de tamaño mastodóntico, así es que no sé qué prefiero. De momento hoy me he cargado decenas de bichos gigantes que parecen moscardones en tamaño libélula mientras voy limpiando la sala, y en breve no habrá rincón de mi habitación que no revise antes de irme a la cama. De hecho ya lo hago. Por cierto mi habitación es simple pero grande, mucho más de lo que esperaba y aunque la línea de internet con frecuencia no funciona, ni en el mejor de mis sueños hubiese imaginado tener internet en mi cuarto… Creo que hablaba acerca del tiempo. Por ejemplo, en estados como Kerala, al sur, el calor no es tan abrasador y hay más lluvia. Y en el norte pasan frío. En la zona oeste donde está Goa y Bombay hace calor pero dicen que no es comparable. Y también hay algún estado un poco más al norte de donde vivo que hace más calor. Muy resumido pero suficiente. Basta con añadir que a las ocho de la mañana ya no se puede estar al sol y que después de comer es imprescindible dormir un poco con los ventiladores del techo a toda pastilla. Bueno! Se me ha olvidado deciros que tengo aire acondicionado en mi habitación! Todo un lujo pues sólo hay dos habitaciones. Son muy majos mi comunidad y me cuidan! Pero nunca lo uso por las noches y durante el día sólo en algunos momentos. No es bueno acostumbrarse que luego hay salir de la habitación y es mucho peor.
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