domingo, 6 de junio de 2010

DO

Viajo varios días por algunas de nuestras casas mientras acompaño a un religioso que trabaja en distintos lugares. Fiesta en un colegio donde todos iban vestidos folclóricamente con distintos trajes del país. Les hablo un poco y asisto durante cuatro horas a bailes y canciones. Doy una charla a una novicias para practiquen ingles. Visito la familia del indonesio con el que vivo en La India… regreso al noviciado unos días mas, le doy al idioma, algunas celebraciones, otras charlas a mas monjas sobre mi vida, lo interesante de aprender ingles,… hablo mucho tiempo con algunos novicios que se defienden con el idioma anglosajón… ya un mes desde que llegue y mis mejores expectativas siguen siendo superadas por personas que me cuidad y hacen que mis días sean tranquilos y placenteros. Hago la maleta y me marcho a una parroquia en la ciudad de Bangulu, al suroeste de la isla de Sumatra (todo el mes he vivido en esta isla de tres mil kilómetros de norte a sur). El viaje en coche es de quince horas de conducción para quinientos kilómetros. Las carreteras en esta isla son demoledoras, con enormes socavones cada doscientos metros. Bangulu es la única parroquia católica en cuatrocientos kilómetros, por lo que la manera de funcionar es construyendo pequeñas capillas, yendo a celebrar una o dos veces al mes y el resto de los días con un laico-ministro de la palabra. Interesante. Casi todas nuestras parroquias tienen al lado un convento de monjas (golfilos ellos). Ellas suelen trabajar en sus pequeños hospitales o colegios pegados al convento y que el gobierno indonesio musulmán se lo permite al servir de mucha ayuda pues como es obvio puede ir cualquiera…

Las monjas que he conocido reconozco que me han sorprendido gratamente. No solo porque manifiesten tan abiertamente mi hermosura y mi gigantesca nariz sino por su naturalidad, su poca tontería en las maneras y su trabajo. Las mujeres indonesias no son extremadamente guapas pero son muy cercanas, algunas con rasgos orientales muy bellos y muchas son tetadas. Los indonesios dicen que las prefieren bien mazonadas. En Bangulu estuve cinco días, dos de ellos visitando familias y pequeñas capillas en mitad de bosques frondosos y carreteras infernales. Otro día hablando en cuatro misas y los otros dos visitando los hospitales y colegios de las monjas, hablando por las aulas y charlas con los profesores. Entonces, el superior de la comunidad, un tipo sencillo y humilde de sesenta tacos me dice si quiero ir a Bali, el lugar más turístico de toda Indonesia. En Bali no tenemos casa pero este hombre es muy amigo de Mr Eddy, católico con mucha pasta y dueño de un hotel-boutique precioso, pequeño y nuevo al que le lleva invitando tiempo. Bastó una breve llamada para tener los billetes de avión, habitación familiar con desayuno y coche con conductor pagados. De nuestra cuenta solo comida y cena. Nos recorrimos la isla en los tres días enteros que estuvimos en Bali: varios templos hindúes, lagos con vistas divinas, visitas a monjas e iglesias católicas. Yo, a lo que tocara y feliz con palizón de coche incluido. Pasote. La isla de Bali es la única presencia hindú en Indonesia pero es abundante. He visitado mas templos que en La India….

Y el viernes pasado volé a Yogyakarta, ciudad universitaria y con sitios interesantes que visitar donde se encuentra el escolasticado y del que ya no me moveré hasta que me vaya a la capital Yakarta para regresar a La India y darle un bocado a la realidad….

No hay comentarios:

Publicar un comentario