El otro dia me quede en la preparación a la ordenación sacerdotal y de los diáconos que tenía lugar el día dos de enero en nuestra casa y de la que era maestro de ceremonia. Yo estaba esperando una cantada de las mías, de esas que se recuerdan por toda la eternidad e invitan a no aventurarse mas en próximos acontecimientos pero tuve suerte y todo salio estupendamente. Lo preparamos a conciencia pero al ser tantos no hubiese sido extraño que algo se saliera del guión o tuviéramos un olvido. El obispo es un hombre retirado ya de la circulación eclesial y nos puso las cosas muy fáciles.Todo fue precioso.
Por entonces mi ordenador ya se había bloqueado completamente y dejado de funcionar. Todo empezó diez días antes cuando sufrimos unas cuantas fluctuaciones de la electricidad que provoco que se quemaran los fusibles y entrara una descarga brutal de electricidad a la casa. Desgraciadamente tenia el ordenador en funcionamiento por lo que el adaptador se calcino y el ordenador quedo turulato. Después con todo el tema de la ordenación algunos de los escolásticos tuvieron que usar mi ordenador que acabo expirando con el uso de sus pendrives rellenos de virus. Tres semanas mas tarde lo que he recuperado es un ordenador de configuración y programación nueva, de estilo indio, sin ningún documento, sin skype ni messenger ni correo electrónico (ahora accedo mediante la pagina web scj), en el teclado ya no existe la letra enhe, es decir, la que va después de la ene, ni tampoco puedo acentuar las palabras, ni signo inicial de interrogación y exclamación... e internet ahora me va aun mas lento, cosa que me parecía imposible. Si antes tenia enormes problemas para un video de diez minutos, ahora ya no hay problema, simplemente es imposible....
No suelo echar de menos lo que no tengo y hago por adaptarme a lo que hay. La comida, por ejemplo, es algo que desde que volví de España me sienta estupendamente. Mucho arroz y pollo, verduras, huevo, un poco del mismo pescado... sin apenas cambios a los primeros meses pero mi cuerpo parece haberse hecho y lo curioso es que he engordado unos kilitos. El problema es cuando pudiéndolo utilizar (al ordenador me refiero) su acceso es tan limitado y lento que me cuesta aceptar que sea así y me impida su uso normal para la formación y las cuestiones mas básicas. Como ejemplo, el solo hecho de abrir el correo me lleva horas, al igual que intentar abrir cualquier página en Internet.
Aquí el curso se termina a finales de marzo por lo que no queda más que dos meses. Hasta entonces me defenderé como pueda, pero ya estoy pensando en el curso siguiente pues se que necesito cambiar algunas cosas de cómo las he hecho este año: los escolásticos, en general, aunque sus edades oscilan entre veintidós y veintiocho años no tienen grandes aspiraciones, provienen de familias muy sencillas, de poco afecto y en ocasiones parece que solo quieren comer y ser muy formalitos, y sin embargo cuando escarbas un poco uno encuentra personalidades complejas donde lo afectivo y sexual no ha sido nunca tratado, donde les cuesta aceptar que nuestra vida es de religiosos que viven en comunidad y no de aspirantes a sacerdotes de vida placida y con tendencia a la vagancia, donde a pesar de que en breve estarán en alguna comunidad con algunas responsabilidades, todavía no tienen idea a lo que quieren dedicarse o que pueden ofrecer a su provincia. No es nada nuevo ni muy grave pero lo considero importante debido a lo extendido que está.
Toda generalización implica riesgos y medias verdades, y seria injusto no decir que en estos meses he percibido con claridad una muy digna evolución en algunos de ellos: mayor sinceridad, deseo de aprender, interés por dirigir su vida a retos de cierto calado, darse cuenta que el deseo de mas libertad implica responsabilidad y honestidad…
Normalmente cuando escribo no alcanzo a saber que impresión estoy dando aunque siempre intento no traicionarme pero sin olvidar que solo se puede juzgar por lo escrito. Por eso me parece importante deciros que me encuentro tranquilo y con ganas de mejorar y que a pesar de que muchas cosas vividas en estos meses no son lo que esperaba, otras si lo están siendo y lo serán, tanto en lo personal como en la provincia y el país, y que mi sentimiento mas profundo es el de querencia y apego a esta tierra. Me quedan muchas cosas por seguir descubriendo, de sus gentes, de nuestra provincia y de mi mismo. Cuando uno cree haber puesto nombre a casi todo, me sorprendo nuevamente al ver lo lejos que todavía estoy, y es algo que lejos de deprimirme, acaba siendo impulso alentador.
Hay más temas que contaros, como mis días en el seminario menor, el problema cada vez mas grave del visado y algo mas, pero lo dejo para la tercera entrega. El corrector ortográfico esta haciendo posible que muchas de las palabras acaben acentuadas… jb.